Celebremos la Misa: el rito de conclusión
Después de Comulgar permanecemos un momento en silencio, recogidos en nuestro interior, conversando con el Señor y dándole gracias por todos sus beneficios y bendiciones.
Después de Comulgar permanecemos un momento en silencio, recogidos en nuestro interior, conversando con el Señor y dándole gracias por todos sus beneficios y bendiciones.
Hemos llegado a la parte más importante de nuestra celebración. Todo lo que hemos hecho hasta ahora ha sido una preparación para este momento. Santa
Una vez termina el rito de la Paz pasamos a la fracción del Pan, luego, junto al sacerdote, invocamos a Jesús como “Cordero de Dios”.
Nos vamos acercando al momento de la Comunión donde recibiremos el Cuerpo y la Sangre de Jesús. Pero si recuerdas, cuando hablamos del Padrenuestro dijimos
Toda la celebración de la Misa va dirigida hacia una cosa: llevarnos a la comunión. Y aquí hablamos de “comunión” en su sentido más amplio,
Seguimos haciendo nuestro recorrido por las partes de la Misa. Y hoy, al igual que en las últimas semana, vamos a explicar una parte de
Nos encontramos en la parte central y más importante de nuestra celebración. ¿Recuerdas que dijimos que la Plegaria Eucarística es el corazón de la Santa
Uno de los momentos más bellos y más importante en toda la Biblia es el momento de la Encarnación. ¡Imagínate, Dios que baja del Cielo
La Plegaria Eucarística es “el corazón” de la Santa Misa. Es como si fuera un gran diálogo de oración con Dios y, aunque es una
Apuntes del camino es nuestro weblog o bitácora, donde presentamos pequeñas reflexiones sobre los temas cotidianos que encontramos a lo largo de nuestra peregrinación...
Te invitamos a comentar, aportar, sugerir, elogiar, objetar, refutar... sobre los temas y artículos que aquí presentamos... Lo único que te pedimos es que lo hagas con respeto y caridad, según los valores del Evangelio...
Para dejar tu petición de oración visítanos en
«Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo» (Salmo 42, 2-3)...