Nos vamos acercando al momento de la Comunión donde recibiremos el Cuerpo y la Sangre de Jesús. Pero si recuerdas, cuando hablamos del Padrenuestro dijimos que esto no es un acto solitario, sino que vamos todos juntos como hermanos, hijos de un mismo Padre. Por eso, para poder entrar en Comunión con Jesús, primero tenemos que estar en comunión los unos con los otros.
De eso se trata el rito de la Paz, de reconocer a Jesús en el hermano que tenemos a nuestro lado. Piénsalo de esta manera, en el Padrenuestro hemos puesto de palabra que somos la familia de Dios e inmediatamente después, con el signo de la Paz, lo ponemos por obra cuando nos saludamos como hermanos.
Quiero contarte algo que espero nos ayude a comprender un poquito mejor lo que hacemos. Originalmente el saludo de la Paz era un beso (todavía se conoce como el “ósculo de la Paz”*)… ¿Recuerdas los dos momentos anteriores de la Misa donde hay un beso? Primero esta el beso del Altar y luego el beso al Evangelio. Cada uno de esos era un beso que se le daba a Jesús, presente en el Altar y presente en su Palabra. Pues el rito de la Paz es exactamente lo mismo, se trata de un beso o un saludo que damos directamente a Jesús, presente en ese hermano que tenemos junto a nosotros.
Algo que debemos tener muy presente: la Paz que llevamos no es nuestra, no se trata de un saludo cordial ni se trata de ir buscando a nuestros amigos y familiares por el templo. Quiero insistir en esto porque, seamos realistas, hay veces que nos extralimitamos y pareciera que se nos olvida que estamos en la casa del Señor. Salimos de nuestros bancos y caminamos por todo el templo, saludando y dando besos. Es bonito saludarnos y hasta reconciliarnos con aquellos que estamos más distantes, pero la Paz no se trata de eso. Es importante que entendamos la importancia y solemnidad de este momento. Se trata de la Paz de Jesús, que se pasea a través de toda la comunidad reunida en la Iglesia, inundándola y uniéndola en comunión fraterna.
Otro pequeño paréntesis… Después de la Resurrección, Jesús se apareció a los apóstoles que estaban reunidos en una casa con las puertas cerradas. ¿Recuerdas lo que les dijo Jesús cuando llegó? “La Paz con vosotros”… En sentido bíblico, “shalom”* significa mucho más que la ausencia de conflictos y guerras. Jesús nos deja su Paz y con ella nos transmite la totalidad de todos los bienes, de todo lo que es bueno. ¡El don de la Paz es un don precioso! Y en la Misa, frente a nosotros, tenemos nuevamente a Jesús resucitado que nos ofrece este don y nos pide que lo compartamos, en su Nombre, con el hermano que tenemos al lado.
Por eso darnos la Paz no debería ser algo mecánico ni casual ni desorganizado, sino que debe ser un verdadero signo de fraternidad. Estamos verdaderamente saludando a Jesús en nuestro hermano… y es Jesús mismo quien nos abraza y nos besa en ese gesto que recibimos. Recuerda que nos dirigimos a la Comunión con Dios, y a esa Comunión solamente podemos llegar cuando primero estamos en comunión con nuestros hermanos.
¡Feliz domingo y feliz Eucaristía!
* “Ósculo” significa “beso”. San Pablo hace varias referencias al “beso santo” (Rm 16, 16; 1Co 16, 20; 2Co 13, 12; 1Ts 5, 26). También San Justino Mártir en su primera Apología, donde describía el culto que celebraban los cristianos (la Santa Misa), dice: “Terminadas las oraciones, nos damos el ósculo de la paz”.
* “Shalom” es “paz” en hebreo.
Estas pequeñas cápsulas están inspiradas en el app iMisa y el libro “La misa: antes, durante y después”, ambos del Padre José Pedro Manglano; así como otras fuentes.
Comentarios
Me encantaria pertenecer a este grupo
Tienes algo que decir
Te invitamos a comentar, aportar, sugerir, elogiar, objetar, refutar... sobre los temas y artículos que aquí presentamos.
Sigue nuestro grupo de oración en Facebook.