«Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.» El Evangelio de hoy (Mateo 22, 1-14) contiene una hermosa y especial invitación dirigida a todos. Esto es, a todos los que mantengan sus trajes de fiesta limpios, les espera una vida gloriosa en el cielo junto a Él.
Hoy vemos que algunos prefirieron quedarse como estaban y rechazaron la invitación. El Señor nos invita a caminar por el camino del arrepentimiento, del perdón y de la sanación interior. En otras palabras, una transformación en Cristo.
Veámoslo así: Todos somos llamados, así que pidámosle al Señor que podamos acoger y aceptar esa invitación, con humildad y sabiendo que viene como un don.
Pero ¿cómo puedo mantener mi traje de fiesta limpio? Ahí tenemos el sacramento de la Confesión.
Les cuento que yo era de los que arrastraba los pies a la hora de irme a confesar. Buscaba toda clase de excusas para no ir. Hasta que un día vi en aquel sacerdote el rostro de Cristo. Ese día fui tocado por el Espíritu Santo y recibí las palabras de aquel humilde servidor de Cristo, como palabras que venían del cielo especialmente para mí. Y así mismo es.
Nuestro arzobispo, Mons. Roberto O. González Nieves, estuvo recientemente en la Parroquia y dijo: “La misericordia de Dios nos permite vivir una nueva etapa o capítulo en nuestras vidas”.
De eso precisamente nos habla el Evangelio. Hoy todos tenemos una nueva oportunidad, la invitación está hecha, nos toca responder.
Gracias, Padre amado, por invitarme a la fiesta real de tu Hijo; permite que pueda revestirme de tu amor y de tu misericordia, para ser admitido en el banquete celestial.
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
Tienes algo que decir
Te invitamos a comentar, aportar, sugerir, elogiar, objetar, refutar... sobre los temas y artículos que aquí presentamos.
Sigue nuestro grupo de oración en Facebook.