Imagínate que decides invitar unos amigos a cenar a tu casa. Trabajas fuertemente preparándolo todo, la mesa, la decoración, entremeses, la cena. Luego tus amigos no llegan porque tienen otra cosa que hacer.
En el Evangelio de hoy (Mateo 22,1-14) Jesús nos propone una Parábola para explicar cómo es el Reino de los Cielos. Un rey invitaba a una gran cena, y la gente no quería ir porque estaban muy ocupados en sus asuntos. Insistió en la invitación, pero tampoco. Luego, llegaron unos sin traje de fiesta.
El Señor te invita a ti hoy a un gran banquete: La Cena Eucarística. Tú, ¿qué respondes? ¿Llevas puesto traje de fiesta?
La analogía del traje de fiesta el Señor la utiliza para representar los elementos esenciales de la vida cristiana. Seguir a Cristo significa cargar tu cruz con alegría.
Significa confiar en su Bondad: «El Señor es mi pastor, nada me falta» (Salmo 22).
Significa confiar en su Misericordia: «Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación» (Isaías 25,10).
Significa saber que no estoy solo, que Él me acompaña en mis luchas y mis desvelos: «Todo lo puedo en aquel que me conforta» (Filipenses 4,13).
¿Está tu corazón preparado para comer el Pan de Vida? Pues ya tienes el traje de fiesta, acércate, Jesús te espera con los brazos abierto.
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
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