Me encanta este Evangelio (Marcos 10, 2-16) dice: «Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne.»
En primer lugar, el Señor estableciendo claramente que el matrimonio es entre hombre y mujer. Pero no queda ahí, también los llama “una sola carne”, para demostrar la unidad e insiste en la indivisibilidad: «Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.» Palabras claras y contundentes.
Te invito a cuidar tu relación matrimonial. Es como una planta, que hay que abonar y regar todos los días para que crezca y se convierta en un árbol grande y fuerte.
¿Cómo logramos esto? Hablando con apertura, sinceridad y respeto, siendo rápidos en pedir perdón y perdonar, entre otros. Pero hay algo que es esencial, esto es, hacer a Jesús y María parte de la relación. Orando juntos y asistiendo a Misa juntos. Hablamos de sacar el tiempo para dedicárselo mutuamente y tiempo para los hijos.
Decía Santa Madre Teresa de Calcuta: “El mundo sufre porque no hay tiempo para los hijos, no hay tiempo para los esposos, no hay tiempo para disfrutar la compañía de otros”.
Anda, disfruta hoy de la compañía de tu familia, que son un regalo de Dios para ti.
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
Tienes algo que decir
Te invitamos a comentar, aportar, sugerir, elogiar, objetar, refutar... sobre los temas y artículos que aquí presentamos.
Sigue nuestro grupo de oración en Facebook.