Los jefes religiosos seguramente se sintieron ofendidos cuando escucharon a Jesús. En el Evangelio de hoy (Mateo 21, 28-32), vemos nuevamente cómo opera la bondad y la misericordia de Dios, para todos los que estamos dispuestos a abrir el corazón.
La semana pasada nos decían que estamos a tiempo para aceptar la invitación de Dios de arrepentirnos y cambiar nuestro rumbo. Hoy nos piden que confiemos y que nos dejemos encontrar por Él. Que sintamos dolor por nuestras faltas y dejemos que Él obre en nuestro corazón.
Cuando leemos los Evangelios, nos damos cuenta de que están llenos de casos de personas como tú y como yo, que tuvieron un encuentro con Cristo y cambiaron sus vidas. Seguramente, reconocieron que llevaban una vida vacía y decidieron seguirlo. Descubrieron que Jesús les ofrecía una nueva vida, les ofrecía amor y compasión. Hermanos, Jesús quiere que alcancemos la gloria eterna.
Miremos la segunda lectura (Filipenses 2, 1-11). Pablo ve claramente a Jesús enseñarnos el camino de santidad. Éste es el camino del perdón, de la humildad y el servicio. El camino de Aquel que «tomó la condición de esclavo». Y ésta es la invitación que nos hace: «Tengan entre ustedes los sentimientos propios de Cristo Jesús.»
Termino con una hermosa oración de Thomas Merton que P. Leo publicó recientemente en las redes: “Concédenos encontrar la paz, donde verdaderamente se puede encontrar. ¡En tu voluntad, oh Dios, está nuestra paz!”
Señor, te pido que me ayudes a llevar tu paz a donde quiera que yo vaya.
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
Comentarios
Hermosa reflexión … Y digo SEÑOR , DANOS LA PAZ .Diácono Richie reciba mis saludos desde Venezuela. Amén
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