Hay una frase en el Evangelio de hoy (Marcos 9, 30-37) que me llama la atención: «Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.» ¿Nos pasará algo así hoy?
Jesús trata de explicarnos el valor del sufrimiento. Como nos lo recuerda Santa Rosa de Lima: “Fuera de la cruz, no hay otra escalera para subir al cielo”.
Pero los discípulos, como nos pasa a nosotros, tenían la mente cerrada y no entendían. En lugar de ayudarse mutuamente, cada uno quería ser el más importante.
La Lectura de Santiago nos puede arrojar luz, dice que «donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males.» Añade: «La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia.»
¿Cómo trato a los que me rodean? ¿Siembro la paz a mi alrededor?
San Marcos tiene la clave al decir que debemos hacernos últimos y servidores de todos. No es fácil morir a mis deseos personales. Jesús demostró su grandeza, dándose por entero y entregando su propia vida por la salvación de todos. En la cruz, Jesús permaneció en silencio, humilde y vulnerable.
Ayúdame Señor, a reconocer que Tú eres la fuente de todo bien y que a nosotros nos toca servir con alegría.
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
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