Escuchamos el Evangelio de hoy (Mateo 13, 1-23) y pienso: lo he escuchado tantas veces que ya me lo sé de memoria. Luego reflexiono y digo: Richie, trata de hacer algo diferente; déjate alcanzar por La Palabra.

Hoy, es el mismo Jesús el que nos explica la Parábola, pues es importante para Él. Pregúntate, ¿Qué terreno soy? ¿Doy frutos? ¿Soy de los que ‘escucha sin oír ni entender’?
Seguramente eres terreno fértil, por eso estás leyendo esta reflexión. Te invito a seguir acercándote cada día más a Jesús. Deja que Dios te enseñe a ser diferente. Deja que Él entre en tu vida y en la de tu familia.
Vivimos momentos duros, pero Jesús nos llama a seguir luchando. Dice la segunda Lectura: «Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá» (Romanos 8, 18). ¡Hermoso! Reconozco que a pesar de las dificultades, Su amor por mí es más grande.
De nuevo, deja que La Palabra produzca fruto en ti. No le eches la culpa a las piedras, al sembrador, a los pájaros, ni al camino. Cada uno es responsable de que la semilla produzca.
Anda levántate. Mira a Cristo en la Cruz, luego cierra tus ojos y dile cuánto lo amas. Medita la Palabra con tranquilidad, para que penetre en tu corazón, que es tierra fértil. No te rindas. Hecha raíces profundas y deja que Él produzca frutos en ti. Atrévete.
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
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AMÉN.
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