¿Qué tal si les pidiera que levanten la mano todo los que se sientan cansados y agobiados? Posiblemente somos muchos. Entonces, el Evangelio de hoy (Mateo 11, 25-30), nos trae buenas noticias. Dice el Señor: «Venid a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré.»
Luego, Jesús nos dice cómo hacerlo: «Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán su descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Así que, en vez de levantar las manos, ahora te voy a pedir que levantes tu corazón por esta gran noticia. Jesús recibe a los que estamos cansados y agobiados y nos ofrece su corazón.
Ahora bien, esta frase: «aprendan de mí», me llega a lo más profundo de mi corazón. El llamado es a acudir a Jesús con humildad. La humildad de María, la humildad del leproso, la humildad de muchos otros ejemplos en las Escrituras.
Veámoslo así: Más que pedir y pedir, le presento mis necesidades a Jesús y que Él decida lo que me conviene. Eso es confianza, eso es humildad. Santa Teresa de Calcuta llamó a la humildad, “la madre de todas las virtudes.”
Aquí estoy Señor, después de las pruebas de esta semana, preparado para una nueva y más profunda aventura contigo. No me sueltes, que te necesito.
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
Comentarios
Quiero agradecer los comentarios de Cada Domingo del Evangelio.
Que el Señor Jesus le reconforte y snime en su mision.
Me hacen muy bien para orsr y fortalecer mi fe.
Graciss al Diacono Richie
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