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Si alguien te pregunta qué es ser cristiano, ¿cómo responderías? Quizás lo mandas a leer el Evangelio o escuchar una prédica. Y si le enseñas tu vida, ¿entendería lo que es ser un verdadero cristiano, al ver tu forma de amar?
No es fácil perdonar de corazón a los que nos han ofendido. En especial si esa persona no nos ha pedido perdón. El Evangelio de hoy, Lucas 6, 27-38, es un llamado a amar a nuestros enemigos. Dice Jesús: «… haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian.»
Esto de orar por los que nos injurian sí funciona. Recuerdo muy bien la primera vez que lo intenté, no me salían las palabras. No podía orar por esa persona que me había ofendido, pues me dominaba el coraje. Pero al pasar los días, las palabras fluían con más soltura y luego de unas semanas el corazón iba sanando. Lo podía sentir.
Frente a este Evangelio, cómo no pensar en la oración del Padre Nuestro. Cuando decimos: “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos…” ¡Ay mamá! … como dice un buen amigo. Somos llamados a perdonar de corazón.
Continua Jesús: «… si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?» Hermano, la invitación hoy es a amarnos unos a otros y a «… sed compasivos como vuestro Padre es compasivo.»
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
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