¿Cómo estoy viviendo yo la Eucaristía? ¿La extraño, la espero, me preparo? ¿Me dejo transformar? Son preguntas que nos debemos hacer y responder con sinceridad.
El Evangelio de hoy, (Marcos 14, 12-16. 22-26): «Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo…»
… Y sigue: «Tomad, esto es mi cuerpo». Más adelante dijo: «Esta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos.»
El Señor nos ha dicho que Él es el Pan Vivo que ha bajado del cielo, el que coma de este Pan vivirá para siempre. Son palabras profundas que encierran Su gran amor ti. Te invito a meditar: ¿Qué importancia tiene para ti la Sagrada Comunión?
Decía San Juan Pablo II, en su homilía del 2 de junio de 1983: “«Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros». Cómo no experimentar en el espíritu una profunda vibración pensando que, al pronunciar ese «vosotros», Cristo quería referirse también a cada uno de nosotros y se entregaba a Sí mismo a la muerte por cada uno de nosotros.” ¡Hermoso!
Muchas veces se me saltan las lágrimas en el momento de la Consagración. Pues experimento todo el amor que Él tiene para mí. ¡Gracias Señor!
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
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