Se fue enero y va corriendo febrero. Muchos escribieron en las redes sobre lo negativo del mes de enero. Pero nuestra parroquiana Zaida, escribió un mensaje que me gustó, pues encierra el pensamiento cristiano: “Gracias enero, nos enseñaste que no estamos en control de nada, pero somos profundamente amados por Quien sí lo está”.
Jesús está en control de tu vida. Déjate guiar. No te resistas. El Evangelio de hoy (Mateo 5, 13-16) nos llama a ser sal y luz del mundo. Este llamado no es para algunos, es para todos. Somos llamados a que nuestra luz «alumbre a todos los de casa».
En estos tiempos de dificultad, ¿soy luz para otros?
Ser luz es sacar lo mejor de mí. Pero no como quien se vanagloria, sino que reconociendo mis virtudes y defectos, se los entrego humildemente al Señor, para que Él saque lo mejor de mí. En otras palabras, que Su luz brille en mí, para la gloria del Padre.
Decía San Oscar Romero: “Señor, con Tu todo y con mi nada haremos grandes cosas”.
¡Adelante con fe!
Diác. Richie
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