Cuarto domingo de Adviento, ya se acerca la Navidad. Pienso que es un buen momento para revisar nuestro camino. Las lecturas de cada semana nos han marcado la ruta. Hagamos memoria: primero nos invitaban a estar prevenidos y preparados, a despertar. Luego, el llamado a la conversión, preparar el camino del Señor. La pasada semana, se nos invitaba a dejarnos sorprender. Ya estando cerca el gran día, el llamado es a recibirlo.
Les propongo unas preguntas para reflexionar esta semana. ¿Está mi corazón listo para la llegada del Niño? ¿Está listo mi hogar y mi familia? ¿Vivo la alegría del Niño que llega?
Veámoslo así, la verdadera fuente de nuestra alegría es Jesús. Fíjense que en esta época nos sentimos más serenos y alegres, la razón es el Nacimiento de Jesús. En estos días, nuestro corazón busca un lugar donde acomodarse y debería ser en el Pesebre, junto al Niño.
Dice el Evangelio de hoy (Mateo 1, 18-24) «Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.» San José modelo de humildad, devoción y santidad. José, buscaba y hacía la voluntad de Dios.
Esta semana, enfoca tu mirada en la hermosa escena: María, José y el Niño que llega. Prepara bien tu corazón y recibe a Jesús con los brazos abierto. Él desea acomodarse cómodamente junto a ti.
Dice el Papa Francisco: “En Adviento, pidamos un corazón humilde para conocer a Dios.”
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
Tienes algo que decir
Te invitamos a comentar, aportar, sugerir, elogiar, objetar, refutar... sobre los temas y artículos que aquí presentamos.
Sigue nuestro grupo de oración en Facebook.