La Segunda Lectura de hoy me parece tan breve y tan poderosa (Filipenses 4, 4-7): «Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres.»
En este tercer domingo de Adviento, llamado de la alegría o “Gaudete”, la Liturgia nos regala esta hermosa Lectura de San Pablo.
Recordemos que Pablo estaba preso cuando escribió sobre la alegría. ¿Cómo, preso? Dirá alguno. Sí, desde la cárcel escribió sobre la alegría y no sólo eso, sino que fue capaz de vivirla en su corazón. Él no iba a permitir que nada ni nadie le robara la alegría, que solamente viene de Dios. Pues Pablo había experimentado en su corazón el amor de Dios.
En estos tiempos difíciles, de prueba, angustia y sufrimiento, no dejes que nada te robe la alegría. Sabemos que no es fácil, pero el Señor quiere decirte hoy: «Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.» Y la promesa: «Y la paz de Dios… custodiará vuestros corazones.»
Jesús quiere que preparemos nuestro corazón para recibir al Niño. De seguro, si Pablo estuviera aquí, nos impulsaría a ver nuestra vida a través de los ojos del amor de Dios. Nos animaría a mantener la paz y alegría en nuestro corazón y nos llamaría a orar durante los tiempos difíciles.
Que en estos días compartamos la alegría del Señor con los que nos rodean.
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
Comentarios
AMÉN.
Tienes algo que decir
Te invitamos a comentar, aportar, sugerir, elogiar, objetar, refutar... sobre los temas y artículos que aquí presentamos.
Sigue nuestro grupo de oración en Facebook.