
A diario le pregunto a Dios, ¿cuándo va a acabar esto? Luego me digo, ¿y quién soy yo para exigirle al Señor? Así que recurro a la Biblia buscando consuelo y aceptación.
Leo la Primera Lectura de hoy (Hechos 2, 42-27) que describe cómo vivían los creyentes. Dice: …eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles… vivían todos unidos y lo tenían todo en común… a diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos, alabando a Dios con alegría y de todo corazón».
Al leer esto, trato de imaginar la alegría que describe la Lectura. Pero ciertamente estamos bien lejos de esos días.
Luego en el Evangelio (Juan 20, 19-31), Tomás duda y luego, al tener de frente a Jesús, responde: «¡Señor mío y Dios mío!» Palabras que decimos en Misa cuando el Sacerdote eleva el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Sigo orando y leo el Diario de Sor Faustina: «…aunque tus sufrimientos fueran grandísimos, no pierdas la serenidad del espíritu ni te desanimes… conmigo descubre todas las heridas de tu corazón, Yo las curaré y tu sufrimiento se convertirá en la fuente de tu santificación» (#1487).
El Señor te conoce, te ama y añora el momento que lo dejes entrar en tu vida. Él tiene algo que decirte. Póstrate ante El y dile: «Jesús en Ti confío», «Jesús en Ti confío», «Jesús en Ti confío».
¡Adelante, con fe!
Diác. Richie
La foto que acompaña el artículo es de la adoración eucarística de hoy, Domingo de la Misericordia, en la Parroquia María Madre de la Misericordia, Guaynabo PR.
Comentarios
Mi compartir y porque “Jesús En Ti Confió”:
Viajé con un plan en mi cabeza y luego Dios dispuso de su Plan para Mi…Una cosa es el Plan del Hombre y el otro el más Poderoso el Plan de Dios…Quejarme sería ir en contra del Plan de Dios…Te doy gracias Dios por todo.
Todo lo Puedo en Cristo que en Fortalece…Amén Amén Amén.
AMÉN.
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