La Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús es la más grande manifestación de la Misericordia de Dios. Hoy es Domingo de la Divina Misericordia y oramos con el Evangelio de San Juan 20, 19-31.
Los Apóstoles brincaban de alegría cuando vieron al Señor resucitado. En medio de todos sus temores, Jesús se aparece y les trajo consuelo y paz. Pero faltaba un Apóstol, Tomás, quien se niega a creer.
Para Tomás, la traición de Judas y la crucifixión de Jesús había sido un golpe muy fuerte. Pero bastó un sólo encuentro con Jesús para que su duda y tristeza quedaran atrás.
Observemos que Jesús nunca lo abandona. Le da tiempo, lo espera. Hasta que finalmente, Tomás reconoce su pobreza y responde, a la espera paciente de Jesús, con una frase llena de fe: «Señor y Dios mío». Tomás se deja tocar por la Misericordia Divina.
Contempla las heridas en las manos y en los pies de Jesús. Mira su costado abierto y traspasado y déjate abrazar, transformar, tocar por el Amor y la Misericordia misma.
Hoy es el día perfecto para que lleves a los pies de Jesús Vivo tus tristezas, para que Él las transforme en esperanza, consuelo y paz. Hoy, implorara el perdón y la Misericordia de Dios sobre ti y tu familia. “Cuando rezo, obtengo la paz” -Diario #155.
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
Comentarios
Excelentes reflexiones todas y cada una que realizan sobre los Santos Evangelios. Siempre sencillos y objetivos. Gracias por su alto grado de conocimiento, dedicación y a la vez sencillez, de cada reflexión. Todas tocan mi corazón . Dios los bendiga y les permita seguir dando Luz y Bendiciones. Su amigo y servidor, desde México . Fernando Parra
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