24 de diciembre: celebra, canta y contagia a todos

24 de diciembre
celebra, canta y contagia a todos
con tu alegría ante el milagro de Dios

Esta noche es la noche para la que nos hemos preparado durante las últimas semanas. Al llegar las doce, la esperanza toma el rostro de un pequeño Niño y comienza una nueva historia que se extiende hasta el final de los tiempos. Dios nos visitó y puso su morada en medio de nosotros. Lo maravilloso es que Él sigue viniendo cada día, sobre cada altar, en cada Misa… para encontrarse con nosotros y para alimentarnos con el Pan de Vida Eterna. Es su promesa: «estaré con ustedes hasta el fin del mundo». Esto debe llenarnos de gozo y alegría: ¡te has dado cuenta lo mucho que Dios nos ama… lo mucho que Dios TE ama!!! ¡Todo esto lo hizo por ti y por mí!

Este gran misterio—la Encarnación del Hijo de Dios— es lo que celebramos esta noche y durante las semanas que dura el tiempo de Navidad. Fíjate, hasta ahora hemos estado en Adviento, tiempo de espera, de expectación, de vigilancia; pero esta noche nos desbordamos en alegría porque con el nacimiento del Niño Dios comienza la celebración de la Navidad.

Te cuento algo… la celebración de esta noche es tan importante que la Iglesia nos propone cuatro Misas distintas, dependiendo la hora que la celebremos: la Misa de la Vigilia, la de Medianoche, la de la Aurora y la propia del día de Navidad. La segunda de estas Misas, la de Medianoche (o Gallo), nos cuenta cuando los ángeles le llevaron la gran noticia a los pastores. Imagínate si fue grande el gozo de ese momento, que el canto de los ángeles lo repetimos cada día en la Eucaristía: «¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor!»

Hoy es día de estar gozosos, como los pastores y los ángeles. Es día de celebrar la Buena Nueva: ¡Nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor!