12 de diciembre: sorpréndete acogiendo el Plan de Dios

12 de diciembre
sorpréndete acogiendo el Plan de Dios
como si fuera algo nuevo

Dios tiene un plan perfecto para cada uno de sus hijos. Un plan que tiene, como propósito principal, ayudarnos a alcanzar nuestra salvación y la de nuestros hermanos. Los “problemas” surgen cuando nuestra voluntad lucha contra la Voluntad de Dios, apartándose de ese plan que Él ha diseñado para nosotros. Mientras más alejados estamos del plan de Dios, mayores nuestras insatisfacciones, frustraciones, desilusiones y miserias.

Fíjate en San José… de seguro él tenía muchísimos planes para su vida con María. Planes de una vida juntos, de una familia, de ser un buen judío y dejar su huella en la historia de su pueblo. Pero el plan de Dios para José era muchísimo más grande, más hermoso y más perfecto que cualquier cosa que él hubiera imaginado. José fue dócil al Espíritu Santo y escuchó la voz de Dios, por eso se convirtió en el padre adoptivo de Jesús y su nombre es recordado por todos los cristianos a través de los siglos.

Otro ejemplo lo encontramos en Juan el Bautista… Hoy Jesús nos dice en el Evangelio que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan, y añade que esa grandeza viene de su humildad. Juan, al igual que José, fue dócil al Espíritu Santo y vivió su vida haciendo todo lo que Dios esperaba de él.

Un tercer ejemplo lo encontramos en Juan Diego—hoy celebramos la fiesta de Nuestra Señora de la Guadalupe—, cuatro veces se le apareció la Virgen en el Tepeyac pidiéndole que llevara un mensaje al obispo y cuatro veces obedeció Juan Diego. Hoy su tilma, con la imagen de la Virgen grabada sobre ella, sigue dando testimonio de aquella aparición, y tanto México como toda Latinoamérica se encuentran bajo el manto protector de “la Morenita”.

Si José hubiera luchado contra la Voluntad de Dios, nunca hubiera conocido la hermosa historia que Dios había preparado para él. Si Juan el Bautista no hubiera salido al desierto a predicar, no sería recordado como el más grande de todos los profetas. Si Juan Diego no hubiera cooperado con el plan que Dios ponía delante suyo, no hubiera sido testigo del mayor milagro que Dios ha hecho en las Américas.

Hoy nos preguntamos: nosotros, ¿cooperamos con el plan que Dios tiene para nuestras vidas o insistimos en sabotearlo poniendo nuestros caprichos por encima de su Voluntad? No sé, tal vez somos nosotros mismos los que nos privamos de alcanzar la verdadera felicidad…