La invitación hoy es a escuchar. De hecho, si te fijas bien, es la primera palabra del primer mandamiento, que dice Jesús en el Evangelio de hoy (Marcos 12, 28-34).
Luego nos comparte los mandamientos, dos por uno, podemos decir. Amar a Dios y al prójimo, y nos dice cómo hacerlo.
Mirémoslo de esta manera: Amamos a Dios más cuando amamos al prójimo, y amamos al prójimo cuando amamos a Dios. Parece un juego de palabras, pero encierra una gran verdad.
Luego, para comprender todo esto, es necesario escuchar. Esto es, escuchar a Dios diariamente, en Su Palabra. Si lo haces, amarás más y mejor. Y escuchar el prójimo, especialmente a ese que más te cuesta. No es fácil, pero es necesario.
Escuchar a Dios y al próximo es esencial para amar. No es posible de otra manera.
Recientemente, me llamó alguien al que me cuesta mucho escuchar. Esta vez decidí escucharlo pacientemente. Luego de una larga escucha, comencé a descubrir la belleza de esa persona. Dejé mis juicios de lado y decidí a amarlo como es. Si escuchas vas a encontrar motivos para amar.
Además, el Evangelio te dice cómo amar a Dios. Así: «con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser.»
Repite como en el Salmo 17: «Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.»
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
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