El domingo pasado comenzó solemnemente en Roma el camino del Sínodo de los Obispos y este domingo se unen a la Iglesia universal las diócesis de todo el mundo. Por esto se han elegido unas lecturas especiales para este XXIX Domingo, pidiéndole al Espíritu Santo que acompañe y guíe a la Iglesia en todas las fases de este proceso sinodal.

El Evangelio de hoy (Juan 16, 12-15) nos describe varias características del Espíritu Santo. Por ejemplo, nos dice muchas cosas, nos hace capaces de cargarlas y nos guía hasta la verdad plena. Que no habla por cuenta propia, nos comunica lo que está por venir y Glorifica al Padre y al Hijo.
Quiero concentrarme en: “nos hace capaces de cargarlas”. Específicamente en el versículo 12b: «… pero no podéis cargar con ellas por ahora…»
El Señor no nos va dar más cargas de las que podemos sobrellevar. Pues ahí está el Espíritu Santo que viene en nuestro auxilio.
¿Cuáles son tus cargas? ¿Te parecen muy pesadas? Entrégaselas a Él. Entrégale tus heridas, tus fracasos, tus luchas, tus preocupaciones, tus miedos… en fin, entrégale tu vida entera. Dios quiere que le entregues esas cargas.
Pensemos también que el Señor sabe lo que nos conviene y lo que no. Si de momento no recibes algo que estás pidiendo, es quizás porque no es el momento, no es el tiempo de Dios.
Pídele al Espíritu Santo que tu orgullo no se interponga a la hora de entregarle esas cargas a Jesús. Deja que Él te guie: «el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena.»
Oremos con fe como en el Salmo: «Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.»
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
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