A Jesús le presentan un sordo, que además no podía hablar. Dice la Palabra que… «mirando al cielo, suspiró y le dijo ‘Effetá’», que quiere decir ‘ábrete’.
Hoy proclamamos a San Marcos 7, 31-37 y pienso que éste es uno de esos Evangelios que nos dejan asombrados.
De este pasaje se toma una oración que se utiliza en el rito del Bautismo. Dice el celebrante: “El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, te conceda, a su tiempo, escuchar su Palabra y proclamar la fe, para alabanza y gloria de Dios Padre.”
Todos necesitamos que se abran nuestros oídos y nuestra boca, para que la Palabra llegue al corazón y poder dar testimonio de las maravillas de Dios en mi vida.
Quizás la mayoría de las veces no entendemos los planes del Señor, pero nos sujetamos bien de su mano y seguimos caminando bajo la tormenta, confiados.
Les cuento de un joven de Los Filtros llamado John Carlos. Muchos lo conocen porque hasta hace unos años era monaguillo y ayudaba en la Parroquia, en fin, nuestro querendón. Varias familias lo apoyaron con su tiempo y tesoro, para que terminara la escuela, pues su niñez fue dura y difícil.
Nuestro querido John, ya con 23 años, ha tenido un accidente grave y los médicos dijeron que no pasaría de la primera noche. Padre Leo lo ungió y la comunidad sigue orando para que se obre la voluntad de Dios.
De esto hace ya un mes y la semana pasada John despertó. Todavía está delicado, pero balbucea y reconoce. Nosotros seguimos confiados en que el plan de Dios es perfecto y sabemos que Él está obrando con poder. Sigamos orando por John y sus familiares.
La escritora Corrie Ten Boom dijo una vez: “Dios nunca nos da una carga para hacer romper nuestra espalda, sino para hacer doblar nuestras rodillas.”
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
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