Jesús, después de enviarlos a proclamar el Evangelio, les dijo: «Les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»
Pienso que el Evangelio de hoy (Marcos 16, 15-20) está muy claro. Hermanos, estamos en medio de una lucha espiritual. Mira a tu alrededor. Pero el Señor no nos deja solos.
Algunos me preguntan si ha llegado el final de los tiempos, y el Señor nos responde en la Primera Lectura: «No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos…»
Te invito a decirle Sí a Jesús. A poner tus preocupaciones en Sus manos. Él nos da las fuerzas. ¡Confía! ¡Entrégate! ¡Conviértete!
Mira cómo termina el Evangelio de hoy: «Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.»
El Señor nos ha dado la fuerza y las herramientas para no sucumbir en esta lucha. Tienes un arma importante en tu mano, el Santo Rosario.
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
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