Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre y la cooperación del Espíritu Santo, mediante tu muerte diste vida al mundo: líbrame por la recepción de tu Sacrosanto Cuerpo y Sangre de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme que yo siempre cumpla fielmente tus mandamientos y no permitas que jamás me separe de Ti. Amén.
¡Feliz domingo y feliz Eucaristía!
Esta oración esta tomada de la oración privada que el sacerdote reza antes de tomar la comunión. Su origen es impreciso pero ya en Amiens se pronunciaba en el siglo IX. Desde el siglo X pasó a formar parte de la misa.
Fuente: devocionario.com
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