El rezo del Santo Rosario es un rezo contemplativo. Eso quiere decir que mientras vamos recitando los Padrenuestros y Avemarías, en nuestro corazón estamos contemplando los Misterios de la vida de Jesús.

Tradicionalmente rezamos 4 grupos de Misterios: Gozosos, Luminosos, Dolorosos y Gloriosos, contemplando escenas evangélicas de la niñez de Jesús, de su vida pública, de su Pasión y Muerte, y su Resurrección y Ascensión. Pero San Juan Eudes nos propone 5 Misterios para meditar durante este tiempo de Cuaresma.
- Jesús es tentado en el desierto (Mt 4, 1-11; Lc 4, 1-13). Adhiramos a la voluntad del Padre por encima de toda tentación.
- Jesús, Cordero de Dios, quita el pecado del mundo (Jn 1, 29). Por tu pasión, purifícanos, Señor, de todos nuestros pecados.
- Jesús nos llama a la conversión (Mc 1, 14-15; Lc 13, 2-5). Haz, Señor, que abandonemos definitivamente nuestros malos caminos.
- Jesús nos pide creer en él y en el Evangelio (Jn 14, 1; Mc 1, 13; 8, 35). Que el Señor nos conceda el don de la fe.
- El Señor nos ha bautizado con Espíritu Santo y fuego (Lc 3, 16). Renovemos nuestros compromisos y promesas bautismales.
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AMÉN.
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