En varias ocasiones el Señor les adelantó a sus discípulos lo que iba a pasar. Que sería traicionado, crucificado y luego Resucitaría. Pero ellos, al igual que nosotros, no entendían. Hoy, vemos una de esas ocasiones donde Jesús les adelanta. En la Transfiguración, los discípulos pudieron ver y experimentar el Glorioso final de lo que estaba por pasar. Así podrían entender y soportar la prueba. Es como un avión que va a aterrizar y desde lo alto divisa la pista. Ahí se dirige y va descendiendo con la mirada puesta en la meta.
Así es nuestra vida. La Salvación es la meta. Jesús es el camino. Dice el Evangelio de este domingo (Mateo 17, 1-9) que: Jesús se acercó y tocándolos les dijo: «Levantaos, no temáis». Te lo dice a ti hoy, ¡levántate… no temas! Te llama por tu nombre, te mira, te abraza y te enseña Su Gloria.
¿Por qué temes? No importa el problema que tengas, Dios es más grande que tu problema. Tú puedes soportar la prueba. Ya conoces el Glorioso final que Jesús tiene preparado para ti. Anda, confía y ante la majestuosidad del Señor, ve tú mismo y dile: Señor, ¡qué bien se está aquí! Quiero quedarme contigo.
¡Adelante con fe!
Diác. Richie
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AMÉN.
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