San Juan Pablo II (1920-2005): Toda su vida fue una continua oración. Era un hombre de oración. Se había consagrado a Jesús por María. Su vida era de Jesús y de María para servir a la Iglesia y a todos los hombres. ¡Cuánto amaba a Jesús y a María! Un detalle nos lo cuenta su médico personal, el doctor Renato Buzzonetti: El día del atentado (13-5-1981), en la ambulancia que lo llevaba al hospital, el Santo Padre daba ligeros gemidos e invocaba ininterrumpidamente en polaco: Jesús, María, Madre Mía. Las primeras palabras que dijo públicamente después de la operación, a raíz del atentado, fueron éstas: En unión con Cristo, sacerdote y víctima, ofrezco mis sufrimientos por la Iglesia y el mundo. Y a ti, Virgen María, te repito: Totus tuus ego sum (Soy todo tuyo).
Su amor a Jesús lo manifestaba especialmente cada día en la celebración de la misa. Decía: Nada tiene para mí mayor sentido ni me da mayor alegría que celebrar la misa todos los días. Ha sido así desde el mismo día de mi ordenación sacerdotal (USA, 14-9-1987).
Para mí, el momento más importante y sagrado de cada día es la celebración de la Eucaristía. Jamás he dejado la celebración del santísimo sacrificio. La santa misa es el centro de toda mi vida y de cada día (27-10-1995). Desde los primeros años de sacerdocio, la celebración de la Eucaristía ha sido, no sólo el deber más sagrado, sino sobre todo la necesidad más profunda del alma… El misterio eucarístico es el corazón palpitante de la Iglesia y de la vida sacerdotal.
En mi capilla privada, no solamente rezaba, sino que me sentaba y escribía. Allí escribía mis libros… Estoy convencido de que la capilla es un lugar del que proviene una especial inspiración. Es un enorme privilegio poder vivir y trabajar al amparo de esta presencia de Jesús. ¡Cómo no sentir una renovada necesidad de estar largos ratos en conversación espiritual, en adoración silenciosa, en actitud de amor, ante Cristo presente en el Santísimo Sacramento! ¡Cuántas veces he hecho esta experiencia y en ella he encontrado fuerza, consuelo y apoyo!
Juan Pablo II, el gran devoto de María, que decía frecuentemente: El rosario es mi oración predilecta. Un hombre de Dios, que sabía amar a todos sin excepción, y que nos enseña a llevar una vida llena de Dios, de amor y de oración.
Del libro “La oración del corazón”, por el Padre Ángel Peña… puede descargar este y otros de sus libros en autorescatolicos.org/angelpena.
Comentarios
Yo sigo gracias a Dios rezandole y me voy curando poco a poco y los dolores que sufro selos ofrezco a Jesus para quiitarle los dolores que Él sufrio por mis pecados en la cruz .
La vida todo son sufrimientos del cuerpo y del alma de la falta de dinero para conseguir vivir donde uno quiere; dolor porno tener la salud que en otros tiempos he tenido .Dolor por no se una mente prodijiosa y ser listo como uno quisiera.. Dolor por haber perdido la mujer amada. y asi hasta lo infinito sienpre dolor.Tantas cosas hecho de menos hasta el poder quere a Jesús como uno quisiera que seria muchisimo y siempre queriendolo y ser un buen siervo suyo . Y todo porque Dios mio porque. Si yo estuviera bendecido de Jesus todo lo que le pido melo daria en el acto. Mi vida es un martirio de dolor y mal humos y me siento muy desgaciado Jesus por que si yo te quiero mucho porque que Dios me perdone sino soy como Él quiere que yo sea. Perdoname Jesus perdoname José Cesar.-
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