En el 1934, un niñito de 7 años escribía su cartita de Navidad pidiendo sus regalos al Niño Dios. La carta, que fue conservada por su hermana, se reencontró durante unos trabajos de restauración de la residencia, ahora convertida en un pequeño museo… el nombre del niñito era Joseph Ratzinger, hoy mejor conocido como Benedicto XVI.
Querido Niño Jesús, pronto descenderás sobre la tierra. Traerás alegría a los niños. También a mí me traerás alegría. Quisiera el Volks-Schott, una casulla verde para la Misa y un Corazón de Jesús. Seré siempre bueno. Saludos, de Joseph Ratzinger.
Es interesante lo que Joseph pedía de regalo: una casulla, un Sagrado Corazón de Jesús y el Voks-Schott, un misal en alemán con el texto paralelo en latín. La casulla la usaba para jugar a celebrar la Misa. Su hermano, Monseñor Georg Ratzinger, comentó en una entrevista para Inside the Vatican que desde niños ambos jugaban a ser sacerdotes: “Se celebraba la misa, teníamos casullas hechas por mamá precisamente para nosotros. Y uno cada vez era el celebrante o el monaguillo”. Ahora nos resulta más fácil comprender el amor que el Santo Padre siente por la liturgia, si desde niño se le inculcó en su hogar el valor de lo Sagrado.
Esta carta de Benedicto XVI me da pié para contarles sobre otras dos cartas que he recibido esta semana, donde ambas personas nos hacen el regalo más grande y más maravilloso que se puede hacer a nadie: ¡estarán ofreciendo la celebración de la Eucaristía del día 25 por nosotros!
Así que si estás pensando en un regalo que sea a la misma vez original y valioso, que te parece si regalas una Misa… o el rezo del Rosario… o una oración compuesta por ti… Ah, y no olvides que la razón de la Navidad es Jesús, así que saca un rato de tu día para hacerle una visita y decirle cuánto le amas.
Comentarios
Que palabras tan sencillas que vienen de un niño, que desde entonces ya tenía encarnado a Jesús en su corazón. ¡¡¡¡¡Gracias Santo Padre por traernos a Jesús a nuestras vidas.!!!!!.Que Nuestro Señor te de fuerza y sabiduría como hasta ahora, te bendiga y que nosotros también sepamos pedir un “Corazón de Jesús”.
Esta cartita es enternecedora… Me conmovió!
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