En su libro “My first white friend” (Mi primera amiga blanca) P. Roybon, una periodista negra, describe cómo odiaba a los blancos por todo lo que habían hecho a los negros. Después de un tiempo, reconoció que su odio estaba destruyendo su identidad y dignidad, no queriendo aceptar la amistad que le ofrecía una amiga blanca del colegio. Y decidió perdonar para ser feliz.
El escritor italiano Giovanni Barra cuenta una historia del Oeste americano. Old Tex había sido un bandido y había matado a un hombre llamado José Fernández. Un día, para evitar ser arrestado por la policía, llamó a la puerta de una casa de religiosas de la caridad. Le dijo a la portera:
– ¿Podría usted esconderme?
La religiosa, al principio, se asustó, pero después, sonriente, le dijo:
– Venga. Esto es una leprosería. Los que le persiguen no tendrán el valor de entrar aquí. Pero, si entran, vaya a la sala del fondo, donde están los enfermos más graves. La puerta se cerrará automáticamente.
Llegaron los guardias y se les hizo entrar a buscar al bandido. Echaron una mirada por encima, pero no se atrevieron a entrar hasta el fondo. Allí estuvo Old Tex tres días escondido. Un sacerdote misionero le habló y se convirtió. Antes de marcharse, quiso despedirse de la religiosa que lo había recibido en la puerta. Y le dijo:
– Hermana, sin usted me habrían matado. Además, he recibido un bien inmenso en mi alma.
La religiosa, con dos lágrimas en los ojos, le respondió:
– Señor Tex, si he podido hacer algo por usted, lo he hecho sencillamente por amor a Cristo, pero tengo una súplica que hacerle. No levante nunca más la mano contra su prójimo. Quizás no sabe, no puede saber lo que es el luto y el llanto de quien ha perdido a un ser querido. Entonces, él comprendió que aquella religiosa era la hija de José Fernández, a quien él había matado y que ella ahora lo amaba y perdonaba.
Del libro “La alegría del perdón”, por el Padre Ángel Peña… puede descargar este y otros de sus libros en autorescatolicos.org/angelpena.
Comentarios
Me a gustado lo que aqui cuenta, que hermoso y grande es la vida con Dios.Pero porque no me hace el favor de escrivirme directamente y me contesta es que no me lee las cosas que le mando. tambien le he recomendado un libro de Mariu Baralt. ¿ Por que Isrrael? y no me dice nada es que no se molesta con el bien que le aria a usted y atodos los buenos cristianos que le redean. Yo como ya le dige ya varias veces soy mayor 85 años y estoy enfermo y necesito que me diga una Misa para que Jesus se fige en mi y me cure como curo a tantos judios donde Él andaba. Somos muchos millones y el no deve de verme pues el ya me ubiera curado
si me notara que le quiero mucho yle quiero tocar su tunica y me curare. Ayudeme por favor.
Reciba un abrazo en cristo. de José Cesar.-
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