Señor Jesús, quiero que me perdones por tantas veces en que pensé que Tú tenías la culpa de todo lo que me pasaba. No podía comprender que Tú no me quisieras como a los otros, que son más bellos e inteligentes que yo. Te echaba la culpa de todos mis defectos físicos y decía que Tú tenías la culpa de que yo hubiera nacido así. También pensaba que Tú eras el culpable de mis enfermedades y de mis fracasos, y me decía: ¿Por qué a mí? ¿Por qué? ¿Acaso Dios no me quiere? ¿Acaso me castiga? Perdóname, Señor, por haberte guardado rencor en mi corazón. Perdóname por todos los errores que cometí y por los que creí que merecía tu castigo sin misericordia. Perdón, Señor. Perdón, porque me rebelaba contra ti y me llenaba de ira por dentro por ser muy gordo (o flaco), por ser muy alto (o muy pequeño), por no ser atlético como mis compañeros ni tan inteligente como algunos de ellos, a quienes tenía envidia. Perdóname, porque me daba lástima de mí mismo y porque te echaba la culpa, como si todo fuera castigo divino.
Te pido perdón por tantas mentiras y engaños, por robar algunas veces, por ser un problema para mis padres y profesores; por haber sido flojo en mis trabajos y estudios. Por insultar a otros y no respetarlos. Por todas las faltas de caridad y comprensión con los demás. Por rechazar a mis padres y no obedecerlos, por provocar peleas en mi casa y crear división entre mis hermanos. Por guardar rencor y envidia en mi corazón.
Señor, perdóname por haber visto malas películas o revistas, por mis pensamientos impuros, por mi conducta deshonesta, por las relaciones sexuales fuera del matrimonio, por los abortos. Señor, libérame de mis complejos de culpabilidad y de todos los traumas que, por mi culpa, estoy padeciendo. También te pido perdón por haber participado en espiritismo, brujería, adivinación, juego de la ouija, sectas…, y por todo lo que haya permitido que el maligno influyera en mí o en otros. Perdóname, Señor.
Yo perdono a mis hermanos, por haberme avergonzado, por gritarme injustamente, por no haberme amado como debían y haberme marginado. Perdono a mis amigos por las veces que me golpearon o me ridiculizaron o me rechazaron sin comprenderme. Yo los perdono, Señor.
También perdono a quienes me han hecho daño con relaciones sexuales o a quienes me han dado mal ejemplo de homosexualidad o de conducta deshonesta. Perdono a mis padres por las veces que no me mostraron su cariño y prefirieron a mis hermanos. Los perdono por haberme mentido, por los castigos injustos y por las palabras hirientes y ofensivas que me dijeron. Por haberme dicho que no me habían deseado, por haberme dado mal ejemplo con su infidelidad y por toda la violencia que tuve que sufrir en casa.
Perdono a todos los familiares que me ofendieron con su manera de ser y con su conducta inapropiada. Por sus malos consejos o por llevarme a lugares indebidos para mi edad. Los perdono por el mal ejemplo que me dieron con sus borracheras o uso de drogas, por fumar en exceso o comer exageradamente, o por divorciarse y abandonar a sus familias.
Señor, ayúdame a perdonar a todos mis familiares y antepasados que, de alguna manera, hayan podido estar involucrados en espiritismo, ocultismo o satanismo, y me hayan podido transmitir algunos sentimientos negativos.
También perdono a los conductores de autobús que me ofendieron con sus palabras o acciones; a mis profesores por no comprenderme y ridiculizarme ante mis compañeros. Perdono a los sacerdotes que, en alguna oportunidad, me han dado mal ejemplo o me han tratado duramente; por no saber apoyarme en mis momentos difíciles y por no alentarme en el buen camino; por su falta de entusiasmo al trasmitirme la fe y por no haberme tratado con el respeto que merecía. También los perdono por los sermones aburridos y por las misas celebradas con poco fervor. Y les pido perdón por haber pensado mal de ellos sin motivo. Perdono a los policías que me trataron con violencia y los médicos que por negligencia no pusieron mucho empeño en mi salud. Perdono a mis compañeros de trabajo por sus envidias, desprecios e incomprensiones. Igualmente, perdono a todos los que me insultaron o me hicieron sufrir.
También perdono a todos mis enemigos, a quienes no eran de mi raza y me despreciaron; a quienes eran de distinta religión y me ofendieron. Perdono a todos los que me hicieron daño a propósito para robarme; a todos los que me dijeron mentiras y me dieron malos consejos, y a todos los que hicieron daño a mis familiares. Perdono a quienes actuaron con violencia contra mí o mi familia. Y a quienes me lastimaron, quizás sin querer, por sus palabras, gestos o actitudes de superioridad o de rechazo. A todos los perdono en el Nombre del Señor.
Y tú Señor, perdóname todos mis pecados con los que yo he ofendido a los demás, incluso con los pensamientos y deseos. Límpiame, Señor, de toda mi impureza. Limpia mi corazón, limpia mi alma y limpia mi vida, porque quiero amarte con todo mi corazón. Gracias, Señor, por tu perdón y por tu amor. Amén.
Del libro “La alegría del perdón”, por el Padre Ángel Peña… puede descargar este y otros de sus libros en autorescatolicos.org/angelpena.
Comentarios
ESTOY DE ACUERDO EN TODO, Yo pienso así y le pido perdon a Dios por todo lo que no he hecho al deseo de Dios. Mi cuerpo yo he malgastado en una vida de mucho trabajo y ahora mi cuerpo esta muy gastado y estoy pagando mis escesos con dolores en todo mi cuerpo.
me cuesta estar de pie y andar yo he andado muchos kilometros sin necesidad y ahora no puedo andar. Vivo a base de pastillas.
Pido al Jesús me perdone y me ayude a estar sano de nuevo si es de sú deseo pueda vivir sano sin mas dolores para que Él me ayude a mejor servirle.Aqui me tiene llevando la crus al ombro y selo ofrezco para asi quitarle un poquito de lo que sufrio en el calvarioJesús yo te amo y estoy consagrado a tí.Recibir un abrazo en Cristo de José Cesar.
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