«Cristo… no se muestra débil con ustedes, sino que más bien actúa con poder. Si bien su debilidad lo llevó a la cruz, ahora vive por la fuerza de Dios. Así también nosotros compartimos su debilidad, pero viviremos con él por el poder de Dios que actúa en ustedes» (2 Corintios 13, 3-4).
Día 15 | Hoy pídele a Dios la aceptación del prójimo con sus fragilidades
“No te asombres, ni te escandalices por la fragilidad de tu hermano, pues Dios no se escandaliza de la tuya, ni deja de amarte cuando caes. Dale a ese hermano tu amor, tu perdón y también, en el momento y del modo oportuno, la corrección… y entonces Dios tendrá misericordia de tu fragilidad y te ofrecerá la gracia de una más profunda conversión.”
— Padre Gustavo Jamut
Cuando pienso en “mi prójimo” pienso en mi esposa… en mi hijo… en mi familia… en mis vecinos… en mis compañeros de trabajo… en la persona que estaba junto a mí en la fila del supermercado… en la foto del amigo de mi amigo que vi en Facebook… en el hombre que encabezaba la primera plana del diario de hoy… en el Primer Ministro de Australia… en el Dalai Lama… y en el Papa Francisco… todas las personas que viven en el mundo… cercanas y lejanas… famosas y desconocidas… las que me simpatizan y las que no me caen muy bien… cristianas, no cristianas y ateas… todas son “mi prójimo”… a la gran mayoría no la conoceré nunca… pero aún así, siguen siendo “prójimo”…
Pero quisiera que cambiáramos un momento de punto de referencia… en lugar de hacer al mundo girar alrededor nuestro… dejemos que las demás personas sean los centros de atención y nosotros limitarnos a ser “su prójimo”… ¿cómo te gustaría ser tratado…?
Para los cristianos, el marco de referencia en nuestra relaciones interpersonales debe ser el mandamiento nuevo que nos dejó Jesús: «ámense los unos a los otros como Yo los he amado»… fíjate bien, no se trata de amar a otros como a mí mismo… mi amor podría ser un amor egoísta o posesivo o dominante o interesado… pero Dios no me llama a amar así… Él quiere que amemos con amor total… como el amor que lo da todo, que lo entrega todo, que lo perdona todo, que lo espera todo… con el amor de Jesús… es así como yo quiero que me amen… y es así como debe ser mi amor por “mi prójimo”…
Sé lo que estás pensado, ¿pero quién puede amar con un amor así…?
Tertuliano, allá para el año 197, escribió una frase que ha venido a convertirse en el sello del verdadero cristianismo… decía él que los paganos se sorprendían de aquellos hombres que estaban dispuestos a dar su vida por lo que creían… y repetían: “¡Mira cómo se aman entre sí y cómo están dispuestos a morir unos por otros!”… también Minucio Félix, un abogado y apologista de Roma, escribió sobre ellos: “Se aman aun antes de conocerse”… y es que nuestra Iglesia está llena de personas que han sabido amar con el corazón de Jesús… tantos mártires que han sabido entregar su vida por amor… que han sido “prójimos” de alguien más…
Tal vez te preguntas, ¿y qué tiene que ver esto con el tema de hoy…? Pero es que quien ama de esta manera, no es capaz de ver las falta en su hermano sin haber visto las suyas propias primero… quien ama plenamente, ni se escandaliza ni juzga ni condena, sino que comparte con su hermano el dolor de la caída y le ayuda a ponerse en pié… quien ama con el amor de Jesús, ve también a Jesús reflejado en cada hermano que se cruza en su camino… esa es nuestra tarea para este día… amar como Jesús nos ama…
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