El tercer domingo de Adviento se conoce como “Gaudete”, que significa gozo, alegría, regocijo… Esa es la tónica que marca este día, la alegría de ver cercana la llegada del Señor. Y qué mejor forma de alegrarnos que colocando en nuestros hogares la escena del pesebre*, el Belén donde junto a María y José aguardaremos con gozo el nacimiento del Niño Dios.
San Juan Pablo II dijo en una ocasión*,
Se acerca la fiesta de Navidad, y en muchos lugares ya se está preparando el belén, como aquí, en la plaza de San Pedro. Sea pequeño o grande, sencillo o elaborado, el belén constituye una representación familiar y muy expresiva de la Navidad. Es un elemento de nuestra cultura y del arte, pero sobre todo un signo de fe en Dios, que en Belén “vino a habitar entre nosotros” (cf. Jn 1, 14).
Este tercer domingo de Adviento, llamado domingo “Gaudete”, nos exhorta a gustar anticipadamente esa alegría. Pidamos a la Virgen de la espera que los cristianos y todos los hombres de buena voluntad sientan el vivo deseo de encontrarse con el Señor ya cercano.
¡Alegrémonos! El Señor está cerca y viene a salvarnos.
Oración para encender la tercera vela de Adviento
En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a llegar!, preparen sus caminos, porque ya se acerca. Adornen el alma como una novia se engalana el día de su boda. Ya llega el mensajero.
Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz. Cuando encendemos la tercera vela, cada uno de nosotros quiere ser antorcha que brille y caliente.
¡Marana tha! ¡Ven Señor Jesús!
* Hace una semana les compartimos la oración para bendecir el Belén familiar, pueden encontrarla aquí.
* San Juan Pablo II, Ángelus, 12-XII-2004
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