El domingo pasado, Pedro, por inspiración divina, contestó desde su corazón quién era Jesús. Pedro en realidad lo fue descubriendo poco a poco.
En el Evangelio de hoy (Mateo 16, 21-27) Jesús lo reprende. Pedro de seguro tuvo buenas intenciones, pero las tentaciones están ahí y nos van a hacer caer. Creo que todos tenemos algo de Pedro.
Hoy el Señor nos da algunas recomendaciones para que conozcamos “Su modo de pensar”: «… que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.» «Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará.» «¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida?» (v 24-26).
Palabras fuertes y profundas de Jesús. Recuerdo tantas veces que he estado frente al Santísimo pidiéndole al Señor, rogándole, implorándole, con lágrimas en los ojos. Para después comprender que Jesús tenía un mejor plan para mí. Todos pasamos por momentos difíciles y Él siempre ha estado con nosotros, aunque no lo veamos.
Estos versículos me hacen enfocar en el amor tan grande que Dios me tiene a mí y a mi familia. El llamado hoy es a buscarlo: «Mi alma está sedienta de ti» (Salmo 62,2).
Acércate al Sagrario y dile: «Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir» (Jeremías 20,7).
¡Te amo Jesús!
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
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