En el Evangelio de hoy (Marcos 1, 7-11) hay dos actitudes que me gustaría resaltar y pienso que debemos imitar.
La primera es que Juan sabía que él era solo la voz y que no era la Palabra. O sea, reconocía que era un instrumento de Dios. La segunda es que Juan reconoce su pequeñez. Humildemente reconocía el poder de Dios obrando sobre él.
A veces nos creemos que somos nosotros actuando y nos olvidamos que es Jesús actuando a través nuestro. Se nos puede olvidar que es con Sus fuerzas y no las nuestras que son limitadas. Te invito a que, en tu vida diaria actúes humildemente y sabiendo que eres un instrumento de Dios, como Juan.
Hoy la Iglesia celebra el Bautismo del Señor. ¿Recuerdas la fecha de tu Bautismo? El mío fue un 20 de diciembre. Es importante recordarla, porque al nacer somos criaturas de Dios y al recibir el Bautismo, nos convertimos verdaderamente en hijos de Dios en Cristo. Es nuestra iniciación como cristianos y nos abre la puerta a los demás sacramentos. Ese día nacemos a la vida espiritual. «Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma» (v. 10).
Este nuevo año me esforzaré por profundizar en mi vida espiritual. ¡Gracias Señor!
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
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