Hoy es la Fiesta de la Sagrada Familia: Jesús, María y José. Jesús creció en una familia y desea que nosotros también vivamos en una. Así de importante es para Él.
Nuestras familias no son perfectas, pero son nuestra familia. Allí nos puso Dios y algo Él tiene planeado para todos.
Yo soy padre y abuelo, y doy gracias a Dios por mi familia, con sus virtudes y defectos. Disfruto tanto estar en familia. Pero también estoy llamado a cuidarla. Debo saber hablar cuando corresponda y también hacer silencio cuando el momento lo amerite. Compartir las alegrías, las penas, aceptarlos como son y tratarnos con amor y respeto. Te invito a valorar y disfrutar más a la tuya. Pues la familia es un don de Dios.
Parte esencial para crecer como familia es incluir al Señor en nuestros planes. Los padres y abuelos somos los llamados a hablar de Dios y hacerlo el centro de la familia. Esto es hacer la voluntad del Padre, como Jesús hacía. Así los niños van «creciendo, robusteciéndose, llenándose de sabiduría y que la gracia de Dios los acompañe» (cfr. Lucas 2,40).
¡Que podamos ser más como la Sagrada Familia!
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
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