La Misa no es algo automático o “mágico”… no basta con hacer acto de presencia… ¡hay que abrirse a la gracia de Dios…!!! Piénsalo así… hace dos mil años, cuando Jesús moría en la cruz, había mucha gente a su alrededor… pero solo un puñado se adentró en el Misterio de la redención que ocurría ante sus ojos… lo mismo sucede con la Misa… es el mismo sacrificio de Jesús… pero no basta con estar allí… hay que hacerse presente con el corazón…
La semana pasada te contaba sobre el beso que el sacerdote da al altar antes de comenzar la Misa, ¿te acuerdas…? Hoy quiero hablarte sobre otro gesto… uno que hacemos todos recién comenzamos nuestra celebración…
Fíjate… después del saludo inicial, el sacerdote nos invita al acto penitencial… en ese momento, todos nos confesamos pecadores… las palabras que decimos son: “Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión”… entonces, mientras nos golpeamos tres veces sobre el pecho, repetimos: “Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”…
¿Sabes por qué nos golpeamos el pecho en el lado izquierdo…? Porque ahí está el corazón… imagina cuando quieres despertar a alguien y le das un pequeño empujoncito… o cuando quieres que te abran una puerta, la golpeas… pues es exactamente lo mismo… nos golpeamos en el lado del corazón como diciéndole: “¡Oye, despierta! ¡Estamos ante el Señor! ¡Tenemos que dejarnos alcanzar por Él! ¡Dejarnos transformar por Él! ¡Despiértate!!!!!”
De eso se trata el acto penitencial… de reconocer que somos pecadores… y disponernos, sinceramente, a cambiar nuestra actitud ante Dios… y déjame decirte un secreto… todos —por santos y buenos que seamos—, siempre, siempre, siempre, siempre podemos mejorar un poco más… en este día, despertemos nuestros corazones y dispongámonos a amar a Dios con toda la intensidad que somos capaces… ¡feliz domingo y feliz Eucaristía…!!!
Estas pequeñas cápsulas están inspiradas en el app iMisa y el libro “La misa: antes, durante y después”, ambos del Padre José Pedro Manglano.
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