Dios de Amor, escucha nuestra oración.
Dios de todos los santos, de Sara, de Ruth y Rebeca; Dios de santa Isabel, madre de Juan, de Santa María, Madre de Jesús, escucha nuestra petición y bendice a las madres de nuestra familia.
Bendícelas con la fortaleza de tu Espíritu, ellas que le han enseñado a nuestros niños como pararse y caminar.
Bendícelas con la melodía de tu amor, ellas que nos han enseñado como hablar, como cantar y como orar contigo.
Bendícelas con un lugar en la mesa de la eternidad, ellas que han alimentado y criado la vida que se formaba en ellas, mientras aún indefensa se abrazaba a su amor.
Bendícelas hoy, ahora, en esta vida, con cosas buenas y con salud.
Bendícelas con alegría, con amor, con la sonrisa y el orgullo de sus hijos, y rodéalas de muchos buenos amigos.
Que ellas, que llevaron la vida en sus vientres, sean cargadas un día en tus divinos brazos: y allí, por toda la eternidad, se regocijen con su familia y amigos.
Que esta bendición y todos las gracias, te pedimos, desciendan sobre las madres de nuestra familia: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Traducida al español del libro Oraciones para la Iglesia Doméstica de Father Edward Hays.
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AMÉN.
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