Se trata de las antífonas para el Magníficat que se cantan o rezan del 17 al 23 de diciembre en el Oficio de Vísperas. Son 7 antífonas en donde, mientras le pedimos al Señor que venga pronto, destacan diferentes atributos cristológicos precedidos por la interjección “Oh”. Las primeras letras latinas de estas antífonas, unidas en sentido inverso, forman un acróstico que dice “ero cras”, que en latín significa: vendré mañana. Si se unen estas mismas letras, pero “al derecho”, con alguna alteración, leemos “sacro res”, que significa “sagrada carne”: vendré mañana en sagrada carne.
Emmanuel
Rex Gentium (Rey de las naciones)
Oriens (Sol que naces de lo alto)
Clavis David (Llave de David)
Radix Jesse (Renuevo del tronco de Jesé)
Adonai
Sapientia (Sabiduría)
17 de diciembre
Oh Sabiduría,
que brotaste de los labios del Altísimo,
abarcando del uno al otro confín
y ordenándolo todo con firmeza y suavidad,
ven y muéstranos el camino de la salvación.
Lectura bíblica: Del libro de la Sabiduría (7, 25-28. 8, 1)
(La sabiduría) es un soplo del poder de Dios, una emanación pura de la gloria del Omnipotente, por lo que nada manchado llega a alcanzarla. Aun siendo sola, lo puede todo; sin salir de sí misma, renueva el universo; en todas las edades, entrando en las almas santas, forma en ellas amigos de Dios y profetas, porque Dios no ama sino a quien vive con la Sabiduría. Se despliega vigorosamente de un confín al otro del mundo y gobierna de excelente manera el universo.
Para el diálogo familiar:
La llegada de los hijos al seno de una familia renueva la vida familiar. El nacimiento de Jesús no sólo dio pleno sentido al matrimonio entre San José y la Virgen María, sino al universo entero. ¿Cómo en nacimiento de Jesús puede transformar mi familia, mi hogar?
18 de diciembre
Oh Adonai,
Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley,
ven a librarnos con el poder de tu brazo.
Lectura bíblica: Del libro del Éxodo (3, 1-6. 10)
Moisés era pastor del rebaño de Jetró su suegro, sacerdote de Madián. Una vez llevó las ovejas más allá del desierto; y llegó hasta Horeb, la montaña de Dios. El ángel de Yahveh se le apareció en forma de llama de fuego, en medio de una zarza. Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que la zarza no se consumía. Dijo, pues, Moisés: «Voy a acercarme para ver este extraño caso: por qué no se consume la zarza. Cuando vio Yahveh que Moisés se acercaba para mirar, le llamó de en medio de la zarza, diciendo: «¡Moisés, Moisés!» El respondió: «Heme aquí.» Le dijo: «No te acerques aquí; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra sagrada.» Y añadió: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.» Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios. Dijo Yahveh: “Ve; yo te envío a Faraón, para que saques a mi pueblo, los israelitas, de Egipto.”
Para el diálogo familiar:
En el monte Sinaí Moisés vio un arbusto que se quemaba y no se consumía. Era Dios que se manifestó a Moisés para encomendarle una misión, la de liberar a su pueblo de la esclavitud en Egipto. ¿De qué manera Dios nos habla en el día a día de nuestra familia, de nuestra profesión, de la escuela o universidad? ¿Somos capaces de descubrir a Dios en las zarzas de nuestra vida cotidiana?
19 de diciembre
Oh renuevo del tronco de Jesé,
que te alzas como un signo para los pueblos,
ante quien los reyes enmudecen
y cuyo auxilio imploran las naciones,
ven a librarnos, no tardes más.
Lectura bíblica: Del libro del profeta Isaías (6, 1-2. 10. 11a. 12)
Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará. Reposará sobre él el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh. Aquel día la raíz de Jesé que estará en alto como estandarte de pueblos, las gentes la buscarán, y su morada será gloriosa. Aquel día volverá el Señor a mostrar su mano para recobrar el resto de su pueblo que haya quedado de Asur y de Egipto. Izará bandera a los gentiles, reunirá a los dispersos de Israel, y a los desperdigados de Judá agrupará de los cuatro puntos cardinales.
Para el diálogo familiar:
Nos disponemos a celebrar el nacimiento de un Niño que no nació de manera por obra del azar. Nadie nace por casualidad o por suerte. Hemos sido llamados a la vida con un propósito. Dios se encarnó y quiso nacer como nosotros y por nosotros para darnos una redención que solo Dios-hombre nos podía dar. Por el Bautismo somos hijos del mismo Padre de Cristo y por la Confirmación recibimos los 7 dones del Espíritu.
Así como la vida de Jesús estará marcada por el Espíritu desde su Encarnación, ¿cuán dóciles somos al Espíritu Santo individualmente y como familia? Si el Mesías ha venido a reunir a los hijos dispersos, ¿el espíritu navideño, nos motiva a buscar la reconciliación y la unión de la familia, de los alejados o enemistados, a perdonar los que nos han ofendido o pedir perdón a los que hemos ofendido?
20 de diciembre
Oh llave de David
y cetro de la casa de Israel,
que abres y nadie puede cerrar,
cierras y nadie puede abrir,
ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas y en sombras de muerte.
Lectura bíblica: Del libro del Apocalipsis (3,7-8)
Al Ángel de la Iglesia de Filadelfia escribe: Esto dice el Santo, el Veraz, el que tiene la llave de David: si él abre, nadie puede cerrar; si él cierra, nadie puede abrir. Conozco tu conducta: mira que he abierto ante ti una puerta que nadie puede cerrar, porque, aunque tienes poco poder, has guardado mi Palabra y no has renegado de mi nombre.
Para el diálogo familiar:
Ninguna familia es perfecta. Todas pasan por diversidad de crisis: económicas, matrimoniales, paternofiliales… También pasamos por crisis de fe, a nivel personal y a nivel familiar. Nos preparamos para recibir a Jesús que viene. Hemos adornado nuestro hogar con guirnaldas y luces. ¿Qué tanta importancia le damos a nuestra fe, esa puerta que el Señor nos ha abierto en nuestro Bautismo, en nuestro matrimonio, en los sacramentos que hemos recibido? ¿“Adornamos” nuestra familia con la luz de la fe, guardando la Palabra, confesando a Jesús, cuyo nacimiento histórico nos disponemos a celebrar y cuyo retorno glorioso esperamos?
21 de diciembre
Oh sol que naces de lo alto,
resplandor de la luz eterna,
sol de justicia,
ven a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte.
Lectura bíblica: Del libro del profeta Malaquías (3, 19-20a)
Pues he aquí que viene el Día, abrasador como un horno; todos los arrogantes y los que cometen impiedad serán como paja; y los consumirá el Día que viene, dice Dios de los Ejércitos, hasta no dejarles raíz ni rama. Pero para vosotros, los que teméis mi Nombre, brillará el sol de justicia con la salud en sus rayos.
Para el diálogo familiar:
Y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin, recitamos en el Credo cada domingo. Cristo vino al mundo como sol que ilumina y salva. Esperamos su retorno glorioso, ya no envuelto en pañales, sino “con gloria”, como verdadero “Sol de Justicia” que juzgará “vivos y muertos. ¿Qué tan en serio tomamos nuestra conversión? ¿Nos esforzamos en mejorar como personas, como familia? ¿O nos conformamos cómodamente en nuestro actual estado?
22 de diciembre
Oh Rey de las naciones
y deseado de los pueblos,
piedra angular de la Iglesia
que haces de dos pueblos uno solo,
ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra.
Lectura bíblica: Del libro del profeta Jeremías (10, 1. 2a. 6-7)
“Oíd la palabra que os dedica Yahveh, oh casa de Israel. Así dice Yahveh: No hay como tú, Yahveh; grande eres tú, y grande tu Nombre en poderío. ¿Quién no te temerá, Rey de las naciones? Porque a ti se te debe eso. Porque entre todos los sabios de las naciones y entre todos sus reinos no hay nadie como tú.”
Para el diálogo familiar:
El nombre de “Miguel” (“Mikael” en hebreo) significa “quién como Dios”. Fácilmente podemos idolatrar cosas, lugares, personas o circunstancias. ¿Qué cosas ocupan el lugar de Dios en nuestras vidas? El Niño que nació en Belén y cuyo nacimiento nos disponemos a celebrar es el Rey de las Naciones. ¿Qué lugar ocupa Jesús en nuestra vida, en mi familia?
23 de diciembre
Oh Emmanuel,
rey y legislador nuestro,
esperanza de las naciones
y salvador de los pueblos,
ven a salvarnos, Señor, Dios nuestro.
Lectura bíblica: Del libro del profeta Isaías (7, 10-14)
Volvió Yahveh a hablar a Ajaz diciendo: “Pide para ti una señal de Yahveh tu Dios en lo profundo del sheol o en lo más alto.” Dijo Ajaz: “No la pediré, no tentaré a Yahveh.” Dijo Isaías: “Oíd, pues, casa de David: ¿Os parece poco cansar a los hombres, que cansáis también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal: He aquí que una virgen está encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.”
Para el diálogo familiar:
Ya se acerca el día de nuestra salvación, el día en que el mismo Dios quiso nacer de una virgen, de María, para convertirse en el “Dios con nosotros” Emmanuel. En medio de nuestros problemas, crisis, dificultades, hay esperanza, pues Dios está con nosotros. El Hijo eterno del Padre se encarnó en el vientre de María Virgen para ser la consumación de nuestra esperanza. ¿Celebraremos la Navidad como fiesta de esperanza?
Fuente:
Celebraciones Familiares para Adviento y Navidad 2020-2021
Comisión Arquidiocesana de Liturgia y Piedad Popular
Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico
Las imágenes que acompañan este artículo son de la página web de la Orden de los Carmelitas (carmelitas.org).
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