15 de diciembre: no temas

15 de diciembre
no temas,
aunque tu fe parezca desfallecer, persevera

Todos pasamos por momentos difíciles alguna vez. Nuestra salud se quebranta, pasamos alguna situación en el trabajo, perdemos un ser querido… son muchas las cosas que nos puede angustiar y robarnos la paz. Nosotros no tenemos el control y eso nos causa miedo. En momentos así es importante agarrarnos con fe de la mano de Dios y confiar. Él nos ama con el más grande y perfecto de los amores y desea lo mejor para nosotros, por eso abandonarse en sus manos es lo más sensato que podemos hacer.

La Virgen María nos puede dar un ejemplo maravilloso… ¿o acaso tú crees que ella no sufrió y vio su vida venirse abajo cuando su Hijo colgaba de la cruz? El dolor de María durante la Pasión y Muerte de Jesús fue inmenso, tan así que años antes, cuando Jesús fue presentado en el Templo, Simeón le profetizó un sufrimiento tan intenso que parecería como si una espada atravesara su alma. Sin embargo, María sabía porque sabía porque sabía que Jesús resucitaría, su confianza y su fe eran muchísimo más grande que el dolor, y el sufrimiento, y el miedo.

Hoy es tercer domingo de Adviento y estamos por entrar en la última parte de nuestro camino. La liturgia nos presenta a Juan el Bautista en la cárcel. Toda su vida dedicada a predicar la llegada del Mesías y ahora, por un instante, su fe se tambalea. ¿Habrá valido la pena? Pero Jesús no deja dudas al citar al profeta Isaías. Los signos están delate de ellos, el Mesías ha llegado… y todo, absolutamente todo, ha valido la pena porque la Salvación ya es inminente.

No sé qué es lo que tú estás pasando en este Adviento. Tal vez tienes una angustia muy dentro de tu corazón, una espada que atraviesa tu alma o una duda que hace que te cuestiones toda tu vida. No importa lo que sea: ¡confía! Dios lo conoce todo y si Él permite lo que está sucediendo, es porque algo grande saldrá de esto.

¿Sabes otra cosa? Hoy también es el domingo “Gaudete”, una pausa en la sobriedad del Adviento donde nos regocijamos y nos llenamos de alegría por la proximidad de la Navidad. Jesús ya está a la puerta… persevera… confía… ¡el Niño Dios ya viene a salvarnos!