Dentro de mi Biblia tengo una pequeña lámina que uso como marcador de páginas. Me gusta su mensaje y me ha ayudado a poner los pies sobre la tierra más de una vez. La foto es de una playa con las olas embravecidas y una persona de pie en la orilla. El mensaje lee (en inglés),
Sometimes God calms the storm… Sometimes He lets the storm rage and calms His child.
Una traducción más o menos libre diría: “En ocasiones Dios calma la tormenta… otras veces, ÉL deja que la tormenta enfurezca y calma el corazón de sus hijos”.
¡Cuánto nos cuesta entender esto a veces…!!! Si fuera por nosotros, quisiéramos vivir en un mundo color de rosa, donde todo fuera a nuestro gusto (por no decir capricho). Incluso nuestras oraciones, cuando enfrentamos pruebas difíciles —y no tan difíciles—, son para pedirle a Dios que calme las tempestades… y cuanto antes mejor. No hay duda que Dios puede hacerlo y que en ocasiones lo hace. Pero la mayor parte de las veces las tormentas existen para nuestro bien… y lo que Dios desea es que las enfrentemos. No solos, sino acompañados por Él.
Ya estamos terminando el tiempo de Navidad y durante estas semanas revivimos el nacimiento de Jesús. Le vimos nacer pobre en un humilde pesebre… le acompañamos mientras lo visitaban los pastores… nos dolimos con la persecución de Herodes y la matanza de los inocentes… lo adoramos junto a los magos… y hasta le ofrecimos nuestros corazones y buenas obras como obsequio. No sé si te fijaste, pero el Niño no se privó de pasar necesidades, frío, cansancio… y sin embargo, este fue un tiempo de gozo y alegría. Y es que la verdadera felicidad viene de encontrarse con Dios en medio de nuestra vida. En lo ordinario, aun en medio de las pruebas. Allí está Dios esperándonos, acompañándonos, sosteniéndonos, salvándonos.
No sé cuál es la situación que estás pasando o si esperas que el Señor mueva su mano para concederte un milagro. Si Él decide hacerlo, ¡genial! ¡Cae de rodillas alabándole y dándole gracias por ello! Pero recuerda que también puede estar permitiendo la tormenta que vives o, incluso, dejar que ésta empeore para que te agarres con más fuerza de su mano y aprendas a abandonarte a su Misericordia. Si ves que las cosas no mejoran… no te preocupes, confía, ora y aguarda con calma, Él tiene todo bajo control.
Comentarios
Es difícil esperar con calma cuando lo que se espera es tan importante para la armonía y la
paz de la familia. Ruego a Dios que aumente mi fe y fortalezca mi confianza en El,
Muchísimas gracias por tu oración. Este escrito nos ayuda a ponernos en nuestro luigar: cerca del Señor… estar con El es nuestro lugar. Gracias!
El milagro que estoy esperando es que me cure de mis achaques. pues tango una afecion de garganta y de vez en cuando siento que me aogo y lo paso muy mal y ademas me duele la espalda cuando ando y paso el dia sentado ya tengo cumplidos los 85 años y ademas tengo un asunto en el juzgado para que me devuelvan las llaves de el piso donde quiero ir a vivir y esta tardando mucho la solución. Necesito del espiritu Santo de su ayuda. El que espera desespera YLA IMPACIENCIA ME FALTA Y DESEARIA QUE ME AYUDE. yO LE DIGO = YO CONFIO EN TÍ SEÑOR, Y selo digo muy amenudo. Yo pienso que si Él lo neesitara yo en el acto se lo daria si estuviera en mi mano. Mis peticiones no perjudican a nadie, solo ami me compensan. Pida a Jesus por mi. Gracias muchas gracias. José Cesar.-
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