Señor, Dios nuestro, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro, toda nuestra vida está en tus manos. Al terminar este año, orando frente al pesebre, quiero darte gracias por todo aquello que recibí de Ti.
Gracias por la vida y el amor. Gracias por la salud, la enfermedad y la muerte. Gracias por la creación, por el agua, el aire y el sol. Gracias por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser. Gracias por la fe, la alegría y la esperanza. Gracias por tu Palabra, por la Iglesia y por los sacramentos. Gracias por tu Presencia en mi vida, porque me cuidas, rodeas, proteges y sustentas.
En este día, te ofrezco lo que soy y lo que tengo. Te presento a mi familia y a mis amigos; a las personas que viven cerca de mí y a las que están lejos; las que me dieron su mano y las que me cerraron sus puertas. Aquellas con las que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Señor, al finalizar el año quiero pedirte perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por las veces que viví sin entusiasmo. Perdón por la indiferencia hacia los que peor lo pasan. Perdón por mi egocentrismo que me aísla de los hermanos. Y perdón por las veces que anduve alejado de Ti.
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Ahora quiero mirar al futuro con gozo y esperanza, a ese nuevo año que está por comenzar y que Tú pones delante de nosotros. Por eso hoy también quiero darte gracias por todo lo que vamos a recibir de tu misericordia.
Nos abrimos a tu proyecto de amor y queremos acoger tus planes sobre cada uno de nosotros, sobre nuestras familias, sobre nuestro país y sobre toda la humanidad. Queremos vivir cada día con alegría y bondad, llevando a todas partes el corazón lleno de tu comprensión y de tu paz.
Cierra nuestros oídos a toda falsedad y nuestros labios a palabras mentirosas, egoístas e hirientes. Abre nuestro ser a todo lo que es bueno, noble, justo, bello y verdadero. Que en nuestro interior habite la acción de gracias y brote siempre la alabanza, para que podamos bendecir a quienes encontremos en nuestro camino.
Señor, cólmanos de tu bondad y de tu compasión para que cuantos conviven con nosotros descubran tu Rostro de Amor entrañable. Danos un año feliz y enséñanos a repartir felicidad.
Amén.
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