El pasado 2 de mayo de 2012, Mirjana recibió el siguiente mensaje de la Virgen,
“Queridos hijos, con amor materno les ruego: denme sus manos, permítanme que los guíe. Yo, como Madre, deseo salvarlos de la inquietud, de la desesperación y del exilio eterno. Mi Hijo, con su muerte en la cruz, ha demostrado cuánto los ama, dándose a sí mismo en sacrificio por ustedes y por sus pecados. No rechacen su sacrificio y no renueven sus sufrimientos con sus pecados. No se cierren a ustedes mismos la puerta del Paraíso. Hijos míos, no pierdan tiempo. Nada es más importante que la unidad en mi Hijo. Yo los ayudaré, porque el Padre Celestial me envía para que juntos podamos mostrar el camino de la gracia y de la salvación a cuantos no lo conocen. No sean duros de corazón. Confíen en mí y adoren a mi Hijo. Hijos míos, no pueden avanzar sin pastores. Que cada día estén ellos en sus oraciones. ¡Gracias!”
A cada uno nos tocan diferente estos mensajes… cada uno encuentra una frase o una palabra que nos habla directo al corazón… y nos impulsa a querer ser mejores… a acercarnos más a Dios… este mensaje tiene muchas cosas que me hablan, pero hay una frase en especial que se alza sobre las otras y resuena más fuerte cada vez que lo leo: “Nada es más importante que la unidad en mi Hijo”…
Ser uno con Jesús… ser uno por Jesús… y ser uno en Jesús… que nuestra vida sea su vida… que no exista nada más que Él… y nuestro único desea sea hacer su Voluntad… si podemos hacer esto podríamos llegar a ser santos… y el mundo sería transformado… ¿¡te atreves a intentarlo…?!
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