Alguien me compartía recientemente, con lágrimas en los ojos, lo feliz que estaba de poder sentir el amor de Jesús. Esta persona tenía dificultades en su trabajo y uno de sus hijos estaba diagnosticado con COVID. Aun así, me decía, Richie, conocer a Dios y experimentar Su amor es lo mejor que me ha pasado. Ahora enfoco la vida de manera diferente. Sigo caminando, pero sé que es con Sus fuerzas. El Señor me llama a confiar, a entregarme de corazón, a cambiar mis actitudes… ¡hasta me confesé!
Yo escuchaba atentamente y observé que las lágrimas seguían saliendo de sus ojos… y de los míos. Estaba frente a una conversión de corazón. Su testimonio me conmovió.
El Evangelio de hoy (Marcos 1, 14-20) dice: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio».
Esto me recuerda la siguiente cita: “Vivir una vida espiritual significa llevar todo mi ser a la morada que le pertenece. Mi tarea espiritual verdadera consiste en dejarme ser amado, plena y completamente y creer que en este amor llegaré al cumplimiento de mi vocación. Sigo intentando llevar mi ser errante, inquieto y ansioso a su hogar para que pueda descansar en el abrazo del Amor” (Diario del último año de vida de Henri Nouwen).
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
Comentarios
AMÉN.
Tienes algo que decir
Te invitamos a comentar, aportar, sugerir, elogiar, objetar, refutar... sobre los temas y artículos que aquí presentamos.
Sigue nuestro grupo de oración en Facebook.