Todos nos hemos sentido cansados y sedientos. Quizás hoy te sientes así. Las luchas de cada día, el trabajo, la salud, la familia, el mundo. Parece que los problemas se complican y se multiplican. Tantas situaciones que te dejan sin fuerzas, sin aliento. El camino se pone difícil.
Te tengo una buena noticia: Hoy Jesús quiere darte de beber ‘agua viva’. Dice el Evangelio (Juan 4, 5-42): «El que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed». Te invito a ponerte de rodillas delante del Señor. Acércate. Confía. Entrégale tus cargas.
Oremos juntos: Señor, vengo ante Ti cansado del camino y sediento. Ya no me quedan fuerzas. Ya no me quedan lágrimas. Dame de beber, que tengo sed de Ti. Mi corazón está seco. Dame de Tu paz, dame de Tu amor, inúndame con Tu Santo Espíritu. Te necesito Señor. Te amo. Dame de Tu agua, para que no vuelva a tener sed.
Estamos a mitad de la Cuaresma. ¿Cómo va tu camino hacia la Pascua? Jesús quiere quitarte la sed, dale la oportunidad. «Señor, dame esa agua».
¡Adelante con fe!
Diác. Richie
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