Anoche, en la homilía de la Vigilia Pascual, Padre Joel reflexionaba sobre las enseñanzas del beato Carlos Manuel y nos decía que la vida del cristiano transcurre de Vigilia Pascual en Vigilia Pascual, como pequeños escalones en la subida a la Pascua definitiva. Desde ese punto de vista, la frase del beato Chali toma una nueva vida: “Vivimos para esa noche”… vivimos para la Pascua, vivimos para el encuentro con Cristo Resucitado.
Escuchando a Padre Joel recordé una carta que Carlos Manuel le envió a un amigo que no iba a participar de la Pascua donde le decía: “¡A dos pasos de la fuente y te mueres de sed!”
Vivimos en un mundo que ha perdido el don de asombrarse ante el Misterio de Cristo. Vivimos en piloto automático… o peor aún, ¡como zombies aletargados con la mirada puesta en nuestros dispositivos electrónicos! Mientras tanto, la Pascua transcurre… acontece… toma vida… y, a veces, dejamos que pase sin inmutarnos. ¡A dos pasos de la fuente y nos morimos de sed!
Fíjate, durante toda la semana estaremos celebrando la Octava de Pascua. Esto significa que toda la semana será como una gran domingo donde seguiremos celebrando la Resurrección de Jesús. ¿Puedes entender esto? ¿Puedes comprometerte a vivir un poco más intensamente esta semana? ¿Puedes tomar la decisión de ir uno o dos días más a celebrar la Eucaristía?
Las lecturas de esta semana nos presentarán los encuentros de los discípulos con Jesús Resucitado. Eso fue motivo de asombro para ellos, motivo de alegría, de gozo. Pero… ¿alguna vez has pensado que la Eucaristía es eso mismo? En cada Eucaristía no solo nos encontramos con el Resucitado, sino que al comer su Cuerpo y beber su Sangre, Él se funde con nosotros en un abrazo profundo y total. Ya no estamos separados—Jesús y nosotros—sino que Él vive en nosotros y nosotros vivimos en Él.
¡Jesús está vivo y presente en la Eucaristía! ¡El Resucitado vive! ¡Nos espera! ¡Quiere llenarnos de su presencia, de su amor, de su paz! ¡Tenemos la Fuente de la vida de la gracia a dos pasos de nosotros!
Mi deseo para ti en este día de Pascua de Resurrección—y todos los demás días del año—es que teniendo a Jesús tan cercano, no nos dejemos morir de sed…
¡Feliz Pascua, feliz domingo
y feliz encuentro con Jesús Resucitado!
Comentarios
AMÉN.
Yo sé que tu eres la presencia Amante, el Amor Envolvente,
bosque infinito de brazos.
Eres perdón y compasión,
Seguridad y certeza, jubiló y libertad.
Salgo a la calle y Tu me acompañas; me enfrasco en el trabajo y quedas a mi lado;
En la agonía y más a allá
me dices: Aquí estoy, contigo voy.
Aunque intentara evadir tu servo de amor; aunque escalara montañas o estrellas,
aunque volara con alas de luz, es inútil,,,
en un acoso ineludible
me circundas, y transfiguras.
Me dicen que tus pies caminaron
por los mundos y los siglos
detrás de mi sombra huidiza,
y que cuando me encontraste
el cielo se deshizo en canciones.
Con tan buena noticia
me has tomado en un hijo
prodigiosamente libre.
Para ti será el fuego de mi sangre.
Tú serás mi camino y mi luz,
la causa de mi alegría,
la razón de mi existir y el sentido de mi vida,
mi brújula y mi horizonte,
mi ideal, mi plenitud y mi consumación.
Fuera de Ti no hay nada para mí.
Mi Señor, estando tan cerca Ti, no quiero morir de sed.
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