Padre Jorge ha escrito un artículo interesantísimo y muy actual, que toca el problema de algunas tendencias “modernas” dentro de la Iglesia… aquí les dejo una parte y les invito a que sigan leyendo el resto allá…
Observo que con una cierta frecuencia se nos olvidan fragmentos del evangelio.
Por ejemplo, en el pasaje de la adúltera. Todos sabemos que Jesús no condena a la mujer. Pero se nos olvida la segunda parte: “en adelante, no peques más”. Algo parecido ocurría en el evangelio de ayer sábado. Todos sabemos que Jesús no tenía reparos en acercarse a los pecadores y a le gente de mala vida. Pero se nos puede olvidar el sentido de ese acercamiento: “No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan”.
Hartito estoy de escuchar que Jesús no condenaba. Hasta las narices de que se rodeaba de pecadores. Pero sobre todo estoy harto y muy harto de que se escamotee el sentido de sus palabras y de su estar con todos.
Porque pudiera parecer que ese “yo no te condeno” pudiera estar camuflando un todo vale, o quizá alguien pensar que lo de estar con los pecadores es irte de copas, recorrer antros, hacerte amigo de corruptos y narcotraficantes, y pasar el día con agnósticos, ateos, creyentes de otras religiones, y pasar de tus propios hermanos de fe con la cosa de estar con los pecadores.
Jesús no condenaba, como Dios no condena. Pero eso no quiere decir que… (seguir leyendo)
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