El tercer domingo de Adviento se conoce como “Gaudete”, que significa gozo, alegría, regocijo… Esa es la tónica que marca este día, la alegría de ver cercana la llegada del Señor. Y qué mejor forma de alegrarnos que montando en nuestros hogares la escena del pesebre, el belén donde junto a María y José aguardaremos con gozo el nacimiento del Niño Dios.
Benedicto XVI decía*,
El belén puede ayudarnos a comprender el secreto de la verdadera Navidad, porque habla de la humildad y de la bondad misericordiosa de Cristo, el cual «siendo rico, se hizo pobre» (2 Co 8, 9) por nosotros. Su pobreza enriquece a quien la abraza y la Navidad trae alegría y paz a los que, como los pastores de Belén, acogen las palabras del ángel: «Esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lc 2, 12). Esta sigue siendo la señal, también para nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI. No hay otra Navidad.
¡Alegrémonos… el Señor está cerca y viene a salvarnos!
Oración para encender la 3ra vela de Adviento
En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a llegar!, preparen sus caminos, porque ya se acerca. Adornen el alma como una novia se engalana el día de su boda. Ya llega el mensajero.
Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz. Cuando encendemos la tercera vela, cada uno de nosotros quiere ser antorcha que brille y caliente.
¡Marana tha, ven, Señor, Jesús!
* Benedicto XVI, Ángelus del domingo 11 de diciembre de 2005, “Gaudete”
Tienes algo que decir
Te invitamos a comentar, aportar, sugerir, elogiar, objetar, refutar... sobre los temas y artículos que aquí presentamos.
Sigue nuestro grupo de oración en Facebook.