«El corazón alegre es un excelente remedio;
un espíritu abatido seca los huesos» (Proverbios 17, 22).
Día 2 | Hoy pide a Dios el don del buen humor
“¡Es tan importante el buen humor! Es lo opuesto a la ironía, a la amargura y al enojo. Con el buen humor, los males se minimizan y predisponemos a Dios para que derrame su bendición en nuestras vidas. Con el santo sacerdote jesuita Alberto Hurtado, en cada dificultad podemos decir: Contento, Señor, contento.”
— Padre Gustavo Jamut
No sé cómo tú te lo imaginas, pero siempre que yo pienso en Jesús lo imagino sonreído y feliz… lo mismo los Apóstoles y los santos, cuando lees sus vidas descubres que a pesar de las pruebas y sufrimientos, eran personas felices y alegres… así como el Papa Francisco, que siempre tiene una sonrisa en su rostro…
Déjame contarte un poquito sobre mí… hoy en día vivo tranquilo y en paz con el mundo y conmigo mismo, pero en otro tiempo no era así… hubo una época en la que había perdido la alegría de vivir… y me sentía amargado y enojado con todos… incluso con Dios… no lo comprendía en ese tiempo, pero mi alma se había ennegrecido… y mi corazón se había enfermado por dentro… pasaron muchas cosas que no viene al caso contarte ahora, basta decirte que un día me encontré con Jesús… y mi vida cambió… volví a sonreír… y encontré de nuevo la paz… por eso valoro tanto el don de la alegría…
Dice el Papa Francisco, en su exhortación apostólica Evangelii gaudium, que “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (EG 1).
Podríamos decir que la alegría cristiana —que no es otra cosa que el gozo del encuentro con Jesús— es la quimioterapia del alma… no hay peor enfermedad que el pecado… nos roba la vida de la gracia… y nos va secando por dentro hasta consumirnos totalmente… Dios nunca se aparta de nuestro lado, pero cerramos nuestro corazón a ÉL y a su Misericordia… cuando sentimos que tocamos fondo, a veces dejamos que entre un poquito de su Luz… y empezamos a ser conscientes de su Presencia… hasta que dejamos que su mirada penetre en nuestro interior y sondee lo más profundo de nuestro ser… entonces comienza una renovación… eso fue lo que le sucedió a san Pablo cuando iba camino a Damasco… lo representamos como la caída de un caballo… pero de donde cayó verdaderamente fue de su soberbia y de su orgullo… dejó que Jesús se acercara a él y le sanara por dentro… y se convirtió en el “apóstol de los gentiles”…
Esa es nuestra meta de hoy… dejar que la alegría transformadora de nuestro encuentro con Jesús nos arrope por dentro… ¿Qué no has experimentado esa alegría todavía…? No te preocupes, ve a visitar a Jesús al sagrario o al Santísimo… y pídele esta gracia… verás como te la concede…
Comentarios
SI SI asi selo pido al JESÚS QUE ME DE ALEGRIA Y ME CURE MIS ENFERMEDADES.
Así selo pido que me llene de alegria sana y me de mochos años de vida a su servicio
pues quiero vivir a su servicio y ser un siervo de Dios. Gracias Jesús por estar junto a tí.
Gracias por todo lo que me dais que no merezco.
Jesús no me dejeis un momento y pueda estar en gracia de Dios a tú lado. AMEN AMEN.
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