Hora de la Misericordia

En sus revelaciones a Santa Faustina, Jesús le pidió oración y una meditación de Su Pasión cada día a las tres de la tarde, la hora que recuerda Su Muerte en la Cruz y que Él mismo llamó “la hora de la gran misericordia para el mundo entero…”

Jesús le dijo, “A las tres, ruega por Mi misericordia, en especial para los pecadores y aunque sólo sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en Mi abandono en el momento de Mi agonía. Ésta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré penetrar en Mi tristeza mortal. En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión…” (Diario 1320).

Jesús le enseñó a Santa Faustina que para celebrar la hora de la Misericordia debía implorar la Divina Misericordia por el mundo entero y en particular por los pecadores, y sumergirse en Su pasión, en particular en Su desamparo en el momento de la muerte y entonces Él le daría la gracia de comprender el valor de la pasión.

Jesús instruyó a Santa Faustina,

“Cuántas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento se abrió de par en par para cada alma. En esa hora puedes obtener todo lo que pides para ti y para los demás. En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia.

 

En esa hora procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan los deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón que está lleno de misericordia. Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante…” (Diario 1572)

De estas instrucciones se desprende que Nuestro Señor quiere que nos fijemos en Su Pasión a las tres en punto, según nuestros deberes lo permitan, y quiere que pidamos Su Misericordia.

Las condiciones necesarias para que las oraciones sean escuchadas a esta hora son que las mismas deben ser dirigida a Jesús a las tres de la tarde, hora de Su muerte, y que han de apelar a los méritos y al valor de su dolorosa pasión, “A esa hora nada le será negado al alma que me lo pida por los méritos de Mi pasión…”

Hay que agregar que el objeto de las oraciones debe ser de acuerdo a la voluntad de Dios, y que deben ser confiadas, tenaces y unidas a practicar el amor activo hacia el prójimo, que es la condición de cada forma de culto a la Divina Misericordia.

¿Qué oraciones hacer a las tres de la tarde,
Hora de la Misericordia?

Si es posible, la Coronilla a la Divina Misericordia es la oración que Jesús pide para implorar su Misericordia para todo el mundo… De no poder hacerse la Coronilla debemos sumergirnos en la Pasión del Señor e implorar su Misericordia…

“Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó inmensamente para las almas, y el océano de Misericordia se abrió por todo el mundo. O fuente de Vida, Oh Misericordia Infinita, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros” (Diario 1319).

“Oh, Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, ¡en Vos confío!” (Diario 84).

A las tres [de la tarde]... aunque sólo sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión... ésta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero... en esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión...

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