Una de las antífonas de Laudes reza así: “En ti, Señor, está la fuente viva.” Esta precede al salmo 35: “… y tu luz nos hace ver la luz.” ¡Hermoso!
Hoy, sexto domingo de Pascua, en el Evangelio de san Juan 15, 9-17, Jesús sigue insistiendo y nos llama a «permaneced en mi amor.»
Entonces la pregunta es, ¿cómo hago para permanecer en su amor y ver su luz? ¿Cómo hago para caminar por el mundo tan falto de amor? La respuesta corta es: amando.
Pero miremos esto con calma, porque amar no es nada fácil y menos amar hasta que duela. Para ‘permanecer en su amor’, bien sabemos que tenemos los recursos de la oración y los sacramentos. Y, ¿qué de cumplir su voluntad? Dice: «Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.»
Suena complicado, pero no lo es. Miremos la segunda lectura, que contiene una buena clave: «En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de Él» (1 Juan 4, 9).
Comienzo a comprender entonces, el inmenso amor que Dios me tiene y que estoy llamado a corresponderlo … ¿Cómo? «Esto os mando: que os améis unos a otros.» Es hermoso saberse amado por Dios y contagiar a otros ese amor.
Recientemente, alguien me compartía que quería estar más cerca de Jesús y me preguntaba qué tenía que hacer. Le respondí, vas bien, porque lo primero es desearlo y lo segundo es pedir ayuda al Espíritu Santo.
El camino espiritual no es nada fácil, pero les aseguro que está lleno de recompensas y regalos con los que Dios nos sorprende. Para verlos, hay que tener un corazón dispuesto y amar como Él nos ama.
«Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios» (1 Juan 4, 10).
¡Adelante con fe!
Diácono Richie
Tienes algo que decir
Te invitamos a comentar, aportar, sugerir, elogiar, objetar, refutar... sobre los temas y artículos que aquí presentamos.
Sigue nuestro grupo de oración en Facebook.