Esta carta, al igual que la anterior, es la respuesta de un hijo en quien nace una vocación religiosa: este es un joven que siente el llamado a ser sacerdote, la anterior de una joven que es llamada a ser monja. El denominador común en ambas es la comprensión de los padres, quienes son personas de fe y saben reconocer la mano de Dios en la vocación de sus hijos/as. Lamentablemente, en muchas familias sucede lo contrario, se desalientan las vocaciones y hasta se “castiga” a los hijos/as que sienten este llamado. Por eso, no olvidemos incluir a todos estos jóvenes en nuestras oraciones, pidiéndole al Señor que les allane los caminos a esa vida a la que les llama.
Respuesta del hijo que quiere ser sacerdote
Papá:
Soy muy consciente de la realidad que atraviesa nuestra Iglesia. Por una parte, por los pecados, errores e incoherencias de unos pocos sacerdotes que mancharon la imagen de todos los demás… y la complicidad de algunos (no todos)… pero siempre “se mete a todos en la misma bolsa”.
Por otro lado, por estar inmersa en una sociedad tan secularizada y hedonista donde la Vida Sacrificada y Anunciar la Verdad pone en “jaque” (o señala indirectamente) la tibieza y la hipocresía de la mayoría… Ante eso, nada mejor para acallar la propia conciencia que “ensuciar al santo para limpiar al pecador”.
Se muy bien que hoy en día son poquísimas las personas que consideran la vocación sacerdotal como algo loable. Y con suerte (en el mejor de los casos) la mayoría la considera un escape…
Soy muy consiente de los “malos ratos” que tendré que pasar a raíz de mi vocación. Como tú dices todo el tiempo estaré entre las espada y la pared, observado, puesto a prueba, desafiado, menospreciado y hasta insultado o humillado… ¡el panorama no se ve para nada alentador!
Ser sacerdote (salvo excepciones) no te asegura una vida cómoda, ni buen sueldo, ni reconocimiento social, ni la estabilidad de permanecer en la misma ciudad toda tu vida cerca de los tuyos. Cualquier persona que lea nuestras cartas podría pensar que sólo un masoquista puede querer (sentir el llamado a) ser sacerdote… Pero esto es tan solo la mitad de la verdad…
Pocos saben que el sacerdote es Alter Christi (otro Cristo). Y que si compartes Su Pasión y Muerte, también compartirás su Gloriosa Resurrección. ¡Imagínate el privilegio de poder tenerlo entre tus manos a diario e incluso actuar In Persona Christi (participando de su obra salvadora)!
Viendo esta otra mitad… ¿quien dudaría de entregar su vida a Jesús? O incluso, “firmarle un cheque en blanco” para que Él haga lo que quiera con uno.
El Señor me está llamando a esta vocación y quién soy yo para decirle que no o desistir, solamente porque el camino es cuesta arriba… Con la gracia de Dios, un día podré decir como el Santo Cura de Ars: “Me postre consciente de mi nada y me levante sacerdote para siempre”.
Te pido un favor, papá: reza por mí – ¡reza mucho! – para que pueda llegar a ser un pastor según el corazón de Dios y, como dice el Papa Francisco, “con olor a oveja”…
Un abrazo en el Corazón de Jesús,
Tu hijo
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Nota de redacción
Estas “cartas” nos invitan a reflexionar sobre problemas comunes que experimentan las familias actuales… creo pertinente aclarar que son cartas ficticias, aunque basadas en problemáticas reales… y que por la naturaleza misma de este recurso literario, se debe abordar el problema desde un solo ángulo o punto de vista a la vez… quedando muchas cosas por decir en cada caso y/o carta…
Comentarios
Les comento, cuando mi hijo tenía 15 años me pidió ser sacerdote, yo muy enojada le dije que no, pensé enseguida se ira lejos y jamás lo veré, era muy difícil para mi entender porque la decisión de mi hijo, pero ahora que realmente conozco la bondad y misericordia de Dios me arrepiento, no hubo nadie que me hiciera ver, entender, que era la mejor decisión que había tomado, ser un siervo de Dios , como le digo al sacerdote de mi parroquia Usted es un pedacito de Dios aquí en la tierra, porque es sacerdote, sacerdote para siempre.
El mundo necesita sacerdotes y Religiosas, tenemos que orar todos juntos para que suciten estas vocaciones.
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